Yes, they can... unfortunately
El periodista Eli Saslow, en primera página del Washington Post el día de Navidad pasado, arrebatado de lirismo ante Barack “Apolo” Obama: “El sol brillaba sobre sus pectorales esculpidos a base de cuatro sesiones de gimnasio cada semana y sobre su cuerpo modelado por carreras de fondo periódicas y partidos de baloncesto”.
El periodista de Los Angeles Times, Jonathan Chait, hace tres años sobre el Presidente Bush y sus costumbres deportivas: “¿Soy el único en pensar que esto es preocupante?... Quiero decir que el hecho de que Bush tiene obsesión por el ejercicio roza lo espeluznante”. Maureen Dowd, del New York Times sobre Bush y el deporte: “Es un sicópata”.
Estos no son ejemplos difíciles de encontrar en el vertiginoso descenso de EE UU, sus medios de comunicación y buena parte de su opinión pública a la dinámica de secta durante el último año y medio, dejando en su estela a la Argentina de Perón y a Corea del Norte en sugestión colectiva, culto al líder y mesianismo de guardarropía. Creo que fácilmente puedo ser uno de los pocos, de entre los muchos analistas que se han expresado sobre el particular, que el 20 de enero se encontraba en la capital de EE UU cuando el Elegido tomó posesión de su cargo, ya convertido en “el hombre más famoso de la historia”, según nos informa Dee Dee Mayers en Vanity Fair. Tengo que decir que no fue un espectáculo digno de admiración. No fue nada que deba envidiarse. No fue una afirmación de la nación ni una comunicación prístina con el espíritu americano. Fue, de hecho, un rito de iniciación que incluyó el sacrificio ritual de la dignidad y honorabilidad del Presidente saliente, objeto de la mofa y el insulto de la muchedumbre y de la aprobación inaudita de esta actitud por parte de la CNN. Un rito que, por descontado, contó con la jaculatorias propias de la liturgia de este último año: O-ba-ma!, yes-we-can..!, Change, change, change…!
Creo que en España existe una particularidad de la dinámica política que es “sui generis” y que explica en alguna medida la interpretación generalmente aprobatoria que muchos liberales y conservadores españoles han hecho de la transferencia de poder, en las condiciones en que se produjo. En la política española la divisoria ideológica más importante se establece entre los que defienden la unidad de la nación y los que la atacan, más que entre lo que convencionalmente pasa por ideologías de izquierda y derecha. Los símbolos españoles, como la bandera, trascienden su condición de símbolos y aparecen como valores políticos en sí, a fuerza de encontrarse bajo asalto frecuente y real. Es explicable que la simpatía por demostraciones visibles de unidad nacional en otros países y la exhibición de sus símbolos, como en el caso americano, coloree la percepción de los analistas. Es una lectura errónea, a mi juicio.
La orquestación de masivas demostraciones de fervor nacional no es un bien en sí misma. En esas exhibiciones, las dictaduras de toda laya y condición carecen de rival, y no es siempre – y acaso ni siquiera frecuentemente – una cuestión de coacción. (Mi infancia discurrió durante la última etapa del franquismo). De que la situación en España hoy es exactamente la opuesta y que la exhibición de símbolos nacionales pueda ser – sea – el último refugio de los demócratas, no tengo duda. Pero eso no puede suponer sin más la extrapolación de una situación casi exclusiva de España al troquel de lo que acaba de ocurrir en EE UU.
Lo importante no es el ensalzamiento de un símbolo nacional sino qué nación representa ese símbolo. Abraham Lincoln hizo la guerra para mantener una nación, pero no cualquier nación, porque él mismo arriesgó su vigencia y rehusó la continuación de ésta si lo hacía sobre la base de la extensión y la perpetuación de la esclavitud. La bandera americana significaba en el pasado reciente algo tan potente como para que fanáticos de todas partes del mundo la prendieran fuego en manifestaciones y algaradas bajo cualquier eslogan y pegatina progre, de hecho rindiéndole el homenaje de reconocer que la nación de esa bandera representaba lo contrario de sus delirios totalitarios, es decir, la libertad, el gobierno representativo y la igualdad de oportunidades. Cualquier Stalin, cualquier Mao, cualquier Hitler, cualquier Castro puede conseguir que millones de banderas nacionales se agiten al unísono. Sólo recuerdo una bandera que los enemigos de la libertad desearan quemar con cualquier pretexto: la americana. Y, sin embargo, ése ya no es el caso. Ahmadinejad, Castro, Chávez creen advertir el comienzo de una nueva América y de un “nuevo patriotismo”. También lo hacen los actores de Hollywood y los “intelectuales”, algunos fotografiados no hace tanto pisando esa misma bandera que ahora enarbolan orgullosos. Por el contrario, los nuevos depositarios del patriotismo exhiben ahora las barras y estrellas como arma arrojadiza contra otros americanos, culpables de haber pretendido defender a América de sus enemigos exteriores durante los últimos ocho años, mientras les llaman anti-americanos y piden su enjuiciamiento y condena, en una suerte de juicio estalinista de escaparate.
Y es ahora cuando Obama declama en su discurso de investidura que las diferencias políticas son “cosas infantiles” y que su advenimiento a la presidencia debe suponer el final de las ideologías, sublimadas en su personalidad trascendente y sus pectorales cincelados. Y cuando la discrepancia de los medios conservadores (o de uno sólo, la radio) con el rumbo hacia el socialismo de su Administración está en el punto de mira personal del Presidente y colectivo de sus seguidores.
EE UU había resistido siempre el colectivismo, llámese comunismo o fascismo – valga la redundancia –, y sólo en las administraciones de Woodrow Wilson y F.D. Roosevelt adoptó prácticas fascistas de amedrentamiento de la oposición, en el primer caso, y elementos del estado corporativo musoliniano, en el segundo. El Presidente Obama y su movimiento desaprueban la existencia de oposición – que se les antoja “anti-americana” en palabras del actor Tom Hanks - y creen que los programas de F.D. Roosevelt para la lucha contra la Gran Depresión no funcionaron porque no fueron suficientemente masivos. Son como esos socialistas irreductibles que opinan que la razón de que el comunismo fracasara radica en que la Unión Soviética no fue lo suficientemente fiel al marxismo y, por tanto, no fue lo suficientemente comunista.
En eso están.
¿Qué tiene de admirable?
Y a todo esto, ¿qué dice Denny Crane? ¿Se ha vuelto obamita, como su amigo Allan Shore?
Completamente de acuerdo con el análisis. Básicamente, este es la teoría que defiende Michael Burleigh en Causa Sagrada y Poder Terrenal: que el poder político ha usurpado la terminología religiosa para transformarse. Han pasado de opciones políticas a dogmas de fe. De todas maneras, es necesario encontrar un límite al patriotismo, para que no se transforme en patriotería sensiblera manipulable (si dices que hay crisis eres antipatriota?). El problema que veo en Obama es la disyunción entre retórica y praxis, miedo me da, como ZP... Como ya se comentó, ambos me recuerdan a Ozymandias. Si no sabéis quién es Ozymandias, en comics claro, pronto os lo meterán por los ojos con la película de Watchmen. Erbilyos: a mí me encanta Boston Legal, pero ya tenía la sensación, y tras el capítulo de ayer me convenzo ya, de que era una manera de congraciarse con posiciones progres de difícil defensa cuando se las mira con detenimiento y raiconalidad. Ya verás a Alan atacando a un colegio porque una niña de 15 años ha contraído el VIH tras acostarse con su novio...
Espeluznante la foto. Hoy me ha tocado madrugar y al abrir el blog casí me caigo de espaldas! Henry, no nos conocemos, pero esto no se hace, hombre! Por cierto, que aunque el hombre está muy bien (gurlp!), al escultor le debía temblar el cincel en la mano al esculpirle los pectorales.
Bueno, parece ya obvio a los ojos de los españoles (por si alguno tenía dudas) que en los USA atan los perros con las mismas longanizas que en España. El ejemplo del Obama-atleta-admirable frente al Bush-psicópata del ejercicio físico no es sino uno más entre los infinitos que se han dado y se darán en estos años. Es lo mismo que en España, donde el Aznar-asesino de niños/fascista/idiota no tiene comparación con el Zapatero-benefactor del humanidad-antibelicista-inteligentísimoyguapo. Y todo quisque comulgando con las mismas ruedas de granito, actores (qué pena de gente), "intelectuales" (qué nivel maribel), cantantes-operetistas (nunca tan pobres sonidos se escucharon tanto) y periodistas (más que informadores, escultores, estos sí lo son, del nuevo pensamiento único). Y qué decir del pueblo llano, que disculpa en España, y lo hará en USA, las mentiras más flagrantes y las acciones más soeces. Parece que el Comunismo está venciendo por fín y que la caida del muro fue una retirada estratégica. Vendámonos por un plato de lentejas rancias y seamos felices en matrix comiendo un "buen" solomillo virtual. Amén.
Sr Henry Clay no sabe cuánto aprecio su censura con la cansina cantinela de algunos de mis analistas preferidos respecto a la ‘envidia’ que les despierta USA. Yo tampoco distingo ya la USA que estudié y conocí…concluyo que la declarada envidia debe ser porque en el pabellón de los desahuciados se mira con buen ojo hasta a los que terminan de ingresar recién diagnosticados…cosas de la angustia por arañar unos minutos más…minutos de los que aún disponen otros y a uno ya no le restan. Todo lo que he visto antes y después de la elección de Obama me da yuyu…con banderas, matasuegras y serpentinas incluidas…el confeti en este espectáculo tétrico no tranquiliza…incluso excita más el escepticismo y mueve a todas las reservas… El tema de los medios y su alineación con el partidismo de la sinrazón y la ruptura del rol crítico que se les supone, salvaguarda de la salud del sistema, es una decepcionante novedad que habrá que analizar con precisión pues esconde el riesgo de ser el inicio del camino hacia país de nunca jamás…
Pese a todo, al de la foto le van sobrando gramos. Creo que, de tantos males como permite Dios, hay uno que no consiente: hincharse a comer, en todos los sentidos, y no engordar. Esas nekanes, esos oteguis, esas jamonas envueltas en velos, esos falsos flacos Z u O
Joder, desde luego el periodista que ha escrito eso tiene que ir al oculista... no se que hara en esas 4 sesiones semanañes de gimnasio el amigo Obama pero parece que no se esfuerza mucho. Esperemos que se esfuerce mas en su politica y que como todo el mundo espera salve al mundo de la crisis... aunque leyendo la noticia que dice que las obras publicas de EEUU se tendrán que hacer con materiales de EEUU me parece que esta claro que aqui cada uno mira su ombligo y que el que creyera que Obama iba a solucionar todos los problemas tiene que despertar y darse cuenta que aqui cada uno arrima el ascua a su sardina.
Si, la verdad es que parecemos todos estúpidos. El comentario más generalizado, entre gente de todas las ideologías, desde que Obama ganó las elecciones, es ese de la envidia que le despiertan los americanos y las lecciones que nos dan. Ha sido una cantinela, sobretodo lo de las lecciones, insufible. Porque esos americanos hubiesen sido los mismos de ganar MCcCain las elecciones, pero en ese caso el comentario hubiese sido el de "estos americanos retrógrados no tienen remedio". Aquí todo el mundo se ha admirado estúpidamente de cómo los americanos aman su patria y su bandera, pero me parece peligrosísimo que en USA llamen antiamericanos a la oposición y se apropien ahora de la bandera ¿Y los soldados que la han defendido hasta ahora a las órdenes de Bush son también antiamericanos? Por no hablar de los periodistas, que me parece vergonzoso. Me da pena decirlo pero de seguir las cosas por estos derroteros dejaré de admirar a los USA como he hecho siempre hasta ahora, no soy de las fans de nuevo cuño proamericanas por el advenimiento del nuevo Apolo.
Parece que volvemos a los años 30 del pasado siglo, en el cual estuvieron de moda los líderes de masas, los gobernantes salvapatrias y demás jerigonzas de este estilo. Al final acabó todo mal o muy mal. El problema es que este era un fenómeno básicamente europeo con ramificaciones asiáticas o euro-asiáticas, Mao y Stalin por ejemplo, pero hasta ahora los EEUU se habían mantenido bastante al margen de estas cosas seguramente porque o no las necesitaban aún o porque la formación de los americanos en general, no las permitían. Ahora veo que las cosas están cambiando, pues algunos dicen que ya las necesitan, mientras otros ya las permiten ante la avalancha de la propaganda y la influencia del gran lider americano. Que manía tenemos los humanos de permitir que un lider, el que sea, piense por nosotros y nos diga lo que tenemos que hacer, con lo fácil que es pensar por uno mismo y sin intermediarios y hacer lo que uno cree que debe hacer. Lo siento por ustedes, pues estas cosas al final se acaban pagando de una o de otra manera.
Que bien escribes, ¿lo haces en español directamente o es una traducción?, Si es en español felicidades. Con Obama hemos vuelto a algo desgraciadamente ya conocido en es siglo XX el culto al lider. Lo mismo que en Bush era despreciable, en Obama es insuperable. Y este nuevo patriotismo ¿en que consiste exactamente más allá de la palabrería?, porque mira que leo y leo y todo son frases en las que como no se concreta su contenido, lo mismo pueden significar una cosa que otra. Yo también estoy en contra de las guerras, la pobreza, el hambre en el mundo, el sufrimiento, la falta de alimentos y así etc etc. De momento estamos en más gasto público y en dar dinero a los grupos proabortistas, pués vaya cambio. A ver si Obama nos va a salir como el principe de Salina.
Creo que las primeras frases son magníficas, escalofriantes, y definitorias de cómo está el patio mediático a ese lado del charco. A ver si el nivel del mar va a subir no como consecuencia del cambio climático, sino de la caída de baba de los periodistas y público en general. ¿Cómo ha variado el nivel en la bahía de Chesapeake el día 20? Estoy con Ongietor: a pesar de todo, el Elegido tiene un asomo de tocinillo.
Muy buena entrada, me sigo preguntando qué ha pasadoy qué pasa en USA para que el comportamiento de los medios de comunicación sea sectario y manipulador masivamente, semejante a la que aquí sufrimos desde siempre. El día de la toma de posesión del "emperador" la CNN titulaba el especial de horas y horas que le dedicó "The New Era", cuando lo ví dije madre mía que horror!, así que una nueva era que se les viene encima a los americanos y por tanto a nosotros ... aún así ni los pectorales son de orgullo nacional ni creo yo que a la hora de la verdad los americanos vayan a tener las mentes tan amorcilladas como las nuestras. En cuanto a la exibición de la patria y la bandera, seguramente es cierto lo que expones, aún así creo yo que siempre será más fácil reconstruir una nación cuya mera existencia jamás se ha puesto en duda que los trozoz que nos están quedando a nosotros.
Hola. Buenísima la entrada. Pone en claro el tremendo peligro de la penetración izquierdista en la sociedad libre estadounidense. Espero que sepan reaccionar y luchar contra toda esta ralea totalitaria que amenaza con controlar USA como controla España y el resto de Europa Occidental. En esta campaña el comportamiento de los fanáticos y de los medios y grupos de presión me ha recordado a los izquierdistas de aquí, han copiado un sistema de éxito probado, espero que puedan probar la fuerza de una sociedad libre y dinámica, mientras celebran el éxito de colocar a un radical en la presidencia. Espero que se les atragante. Enhorabuena por el artículo, magnífico. Un saludo.