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Los nervios del presidente

Los nervios están traicionando a Obama, como dice Alberto Acereda. Le traicionan en su uso inmoderado del teleprompter, incluso para hablar ante un puñado de periodistas (¿o tal vez es que necesita reafirmar su misión de gran salvador, una vez alcanzado ese puesto con el que lleva soñando toda su vida?). Le traicionan en su falta de soltura al enfrentarse a los tropiezos, en particular los desastrosos intentos de nombramientos que han caracterizado estas primeras semanas tras una transición que se quiso modélica. Y le traicionan con el fin del bipartidismo, mucho más abrupto y acelerado de lo que los ansiosos por encontrar un mesías -¡los mismos que criticaban los tintes religiosos de la presidencia de Bush!- parecían haber previsto.

Esto último, de todos modos, tal vez resulte dudoso. Obama el reconciliador llegó a la Casa Blanca subido en una ola de odio hacia la derecha norteamericana, encarnada en la demonización del anterior presidente. La campaña de Obama, sin sacarla a la luz, había aprovechado a fondo este caldo de cultivo. Su éxito en todo el mundo, y particularmente en España, consiste en ese bálsamo de reconciliación bipartidista, o de consenso, que supo escenificar con tanta elocuencia (siempre de teleprompter menos en los debates), y que pintaba de color de rosa el odio subyacente.

La apoteosis del consenso ha durado aún menos de lo que era de esperar. La batalla parlamentaria en torno al megalómano y corrupto programa de intervencionismo económico, destinado a ahondar y prolongar la crisis económica, ha abierto otra vez el debate partidista, con una nítida, casi perfecta, división entre demócratas y republicanos. Probablemente Obama andará nervioso porque ha visto que su sueño de postpartidismo ha acabado en cuestión de días. Tarde o temprano habrá de recurrir a la lucha política contra el adversario. También es posible que lo esté porque las cifras conseguidas para la aprobación del paquete hiperintervencionista son tan ajustadas, que dan a entender que una parte importante de los demócratas no creen mucho en sus virtudes benéficas y lo han apoyado para no quedarse al margen del paraguas de popularidad de que goza el nuevo presidente.

Los nervios de Obama tal vez sean el primer signo anunciador de un cambio de actitud de la que acabará deduciéndose una nueva política. Quizás quieran decir también que la coalición que le ha apoyado tiene un soporte mucho más frágil de lo que pareció hace menos de un mes.

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comentarios
1 Erbilyos, día

¿No estará nervioso porque esto le viene grande, porque está falto de experiencia ejecutiva? La mayoría de sus antecesores en el cargo habían sido gobernadores o vicepresidentes, antes de llegar a la Presidencia.

2 Hegemon1, día

Yo también estaría nervioso cuando 200 economistas de EEUU me dicen "con todo el respeto" que lo que quiero hacer está mal y no va a solucoinar nada sino todo lo contrario. Es difícil contrariar a todo aquel que se cree tocado por la mano divina, pero más difiícl es tomar las decisiones más acertadas aunque estas sean en principio impopulares.

3 nens, día

Yo creo que éste es su estado natural,ahora no está nervioso,es que ya no tiene que fingir.lo malo de los políticos de "engorde artificial" es que cuando se les despieza hay mucho,excesivo,tocino y poca carne.¡Qué lástima de EEUU!.

4 josecho6, día

Ná e ná. Este es otro zapatero, otro al que le sacan de enseñar la sonrisa de bobo solemne, de mostrarse a las masas esperanzadas que confían en sanar sus males tocando el borde de la túnica del líder (mirar si no esta foto, en la que, sudoroso de esfuerzo, se estira para tocar y tocar, tocar y tocar...) le sacan de la demagogia precocinada y se queda en ná. No tié ni tocino el gacho este.

5 vikinga, día

Pues que se tranquilice. Es muy bonito que te aclamen las masas y te organicen bailecitos, y vivir en la Casa Blanca y que todos los periodistas caigan rendidos a tus pies, pero a cambio tiene que trabajar y apechugar con los problemas, como todo el mundo. Bueno, excepto ZP que no responde absolutamente por nada.

6 Eskor, día

Obama imitó e intenta imitar a Abraham Lincoln, ya lo hizo en su toma de posesión con lo del tren y todo eso. Lo que Obama no parece darse cuenta es de que la situación de Lincoln no se parece en nada a la suya. Por cierto, ¿sabíais que Obama dijo en una entrevista que prefería al gran Ronald Reagan antes que a Bill Clinton? Eso a mi ya me dice mucho. Ya te gustaría ser como Reagan ya... para que llegue a eso hay que ganarselo, no basta con ser el primer presidente negro de EEUU. Saludos a todos.

7 Sash, día

La verdad es que da miedo estar en EE.UU. en estos momentos. Incluso en los mejores estados las cosas estan horribles, y cuando intentas demostrar a alguien lo mal que van las cosas, todo es un odio vacio hacia los republicanos. No hay argumentos, hay odio puro y realmente da miedo. El que no me crea, que se pase por cnn.com y lea algunos comentarios en ireport o Cafferty.

8 opq5, día

Los nervios los tendrá cuando las cosas empiecen a salirle mal, porque tal y como lo tiene enfocado este es su destino, en mi opinión. Es muy bonito ser el lider carismático, mientras los demás hacen el trabajo que importa. Solo que muchas veces estos señores suelen engañar al de arriba, que por lo menos además de su carisma debéría saber algo de técnica o del trabajo de presidente o tener una especial intuición para saber cuando te engañan. Sino es así acabará seguro como un simbolo o como una caricatura a remolque de otros, al que medio país adorará y al que medio país rechazará.