Querido Presidente Obama,

Le escribo esta carta tan larga porque no he tenido tiempo de hacer una más corta. Soy un rendido admirador de usted y quiero que sepa que en mí siempre tendrá la adhesión inquebrantable que usted merece y que, a juicio de muchas personas progresistas, debe convertirse en obligatoria.


 

El objeto de mi carta es compartir con usted algunas de las cosas que me parece deberían hacerse para convertir a Estados Unidos en un país equiparable con los demás estados de su entorno, especialmente de su entorno más al Sur, porque después de todo, EE UU está en América. A mi juicio, EE UU sería más democrática y justa si su Administración pudiera adoptar un conjunto de decisiones que me tomo la libertad de enunciar, encareciéndole excuse el atrevimiento, atribuible más a mi anhelo por ayudarle en esta consumación histórica que a ninguna presunción por mi parte, e inspirado por lo que usted tantas veces repitió durante la campaña: “Nosotros somos los que nosotros estábamos esperando”, que yo interpreto como que, en suma, yo era el que yo estaba esperándo…me…a mí mismo…O algo así. O no. O quién sabe, pero a quién le importa.

Primero, yo aumentaría el gasto público en un billón de dólares, porque debemos intentar que el sector público alcance niveles que permitan la redistribución de la riqueza y establezcan el estado del bienestar. Haría que el 43% de los americanos que pagan impuestos sufraguen la sopa boba del 57% restante, a los que mandaría un cheque y lo llamaría recorte de impuestos. Al tiempo, colaría todas nuestras prioridades de nacionalización de la sanidad y liquidación de la privacidad y de la libertad de elegir de los pacientes y haría llegar algo de dinero a todos nuestros sindicalistas en la educación, en el sector público o en la industria. Ah, …pero... si el Congreso ya lo está aprobando esta semana. Bueno, pues fantástico.

Segundo, en el aumento del gasto público se entiende que no está comprendida la Defensa. Bushhitler se inventó la guerra contra el terrorismo para hacer subir las acciones de Halliburton. Una vez descubierto el pastel, hay que reducir el presupuesto del Pentágono. Ah..., ¿que eso será así?. Bueno, pues fantástico.

Tercero, yo le daría a la máquina de hacer dinero, algo así como un par de billones más, para remediar el problema horrible creado por... eh... Bush en los mercados de crédito y, de paso, ataría en corto a esos ejecutivos que no hacen las inversiones sociales que la comunidad demanda. Ah…!pero si ya está usted y su Secretario del Tesoro en ello! Bueno, pues fantástico.

Cuarto, yo cerraría esas frecuencias de radio que prestan voz a ultraderechistas como Rush Limbaugh, Sean Hannity o Mark Levin. Ah…¿que la muy progresista Senadora Stabenow y otros ciudadanos preocupados por el interés público van adelante con eso? Bueno, pues fantástico.

Quinto, yo me llevaría la Oficina del Censo a la Casa Blanca para garantizar que la redistribución de los distritos electorales para el año que viene y sucesivos permita la consolidación de la hegemonía de nuestro Partido de forma permanente. Ah..., pero si veo que ya está hecho. Bueno, pues fantástico.

Sexto, yo cerraría Guantánamo, prohibiría los interrogatorios y los postres con gluten servidos a las pobres víctimas de Bush, a las que éste tenía la desfachatez de llamar terroristas. Ah..., que eso ya va. Bueno, pues fantástico.

Séptimo, yo volvería a dar dinero a espuertas a las ONGs que luchan por los derechos reproductivos que esos montaraces fachas llaman aborto e infanticidio. Qué engorro eso de traer niños “no deseados” al mundo cuando se les puede hacer pedazos en el vientre materno o succionarles el cerebro a los ocho meses. Ah..., ¿que eso ya está decidido? Bueno, pues fantástico.

Octavo, yo investigaría los crímenes contra las libertades de bushcheneyhalliburton a ver si se les puede meter en la cárcel por sus delitos. Ah..., ya veo que el Congreso está en crear una Comisión de la Verdad y se va a ver de procesar a los miembros de la Administración anterior. Bueno, pues fantástico.

Noveno, yo le echaría la culpa de todo lo que pasa a Bush y sus políticas de dar dinero a los ricos quitándoselo a los pobres. Ah..., ahora me fijo en que es una observación rutinaria en todas sus comparecencias públicas. Bueno, pues fantástico.

Décimo, yo le diría a todos los autócratas que en el mundo son que no tienen nada que temer de EE UU, una vez periclitado ese vaquero imperialista, ultra y retrasado de Bush (también conocido como "el señorbus" en España)…!tan brusco, por favor!… Ah..., ¿pero que eso ya se viene haciendo? Bueno, pues fantástico.

En fin, Señor Presidente, qué quiere que le diga. Está usted en todo. No me extraña que las mujeres le deseen y los hombres le admiren. Que el planeta se regenere (hay que ver: ha sido llegar usted y ha empezado a hacer un frío de bigotes – adiós calentamiento global) y los océanos retrocedan. Que el agua se convierta en vino y los muertos resuciten. Y que los que estábamos esperando…que somos nosotros, ya hemos llegado…adonde nosotros mismos nos estábamos esperando...que era donde estábamos…nosotros…es decir, quienes nos estábamos esperando.

En fin, si usted se acuerda, a ver si me puede mandar una banderita nacional. No vea las que he tenido que quemar y pisotear estos años de unilaterimperiahallibushton. Pero es que a mí me gusta mucho la unidad nacional y la cosa ésta patriótica. ¡Qué espectáculo!

En verdad.
 

COMENTARIOS DE LOS LECTORES

Gracias a los lectores por los comentarios de la semana pasada. Creo que lo más notable que está pasando aquí es, efectivamente, el desarrollo vertiginoso de una mentalidad mesiánica y fascistoide por parte de la prensa y del público americanos. Eso ha sido siempre lo más notable del fenómeno Obama. Es duro pedirle a cualquier político que baje a la tierra si se encuentra con que decenas de millones de personas le colocan en una hornacina y le adoran por la peana. Un lector alude a los Republicanos bizcochables con presciencia. Esta semana ha visto que tres de ellos inclinaban una votación decisiva en el Congreso a despecho de su propio grupo y pensando en que la marea de adoración se les podría llevar por delante en sus futuras citas electorales si no nadaban a favor de corriente. La cuestión es si esta marea tendrá reflujo de aquí en unos años. No lo sé. Tal vez sí o tal vez no.

Por cierto, “ a propos of nothing”, el índice Dow Jones ha perdido dos mil puntos desde la toma de posesión de Obama el pasado 20 de enero.