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El racismo y la tortilla

Mucho se ha dicho acerca de la falta de apoyo a Barack Obama entre hispanos y asiáticos. Mucho de lo que se dijo sugiere que esta falta de apoyo se debe a un presunto racismo entre miembros de los colectivos de origen inmigrante en los Estados Unidos. Pocos se han detenido a pensar, sin embargo, en los motivos reales por los que quizás estos colectivos no encuentran una particular fascinación por un personaje que hasta el momento ha demostrado muy poco más que ser un buen orador: ha sido Senador por tan solo un par de años en los que no hizo prácticamente nada, y en los años transcurridos desde que terminara de estudiar Derecho y accediera al Senado, no hizo nada de singular relevancia.

Barack Obama se crió en una familia de clase media alta, en un hogar blanco, en el único estado de la Unión con minoría blanca (Hawaii), en el que no ha existido en ningún momento el racismo institucionalizado ni él lo pudo haber experimentado. Su único vínculo con el pasado esclavista del país, proviene del hecho de que varios de sus antepasados blancos eran propietarios de esclavos. Estudió en la prestigiosa escuela secundaria Punahou de Honolulú, tuvo oportunidad de residir en el extranjero con su familia... Y sin embargo, en el momento de ingresar a la universidad, se le otorgó prioridad por sobre, por ejemplo, el hijo de un refugiado vietnamita que llegó al país con una mano atrás y una adelante, tan solo por su color de piel. ¿Qué podría llevar al vietnamita, que se convirtió en ciudadano norteamericano de clase media gracias a su esfuerzo y perseverancia, a sentir particular respeto o admiración por Obama?

Pero no, no encontraremos medio alguno en los Estados Unidos que haga referencia a esta cuestión, prefiriendo más bien centrarse en los supuestos prejuicios hacia los negros entre chinos o mexicanos. Es cierto que según una encuesta del Asian-American Legal Defense Fund, entre los Demócratas de origen asiático, un 87% apoyó a Hillary Clinton en Nueva York, un 73% en Nueva Jersey y un 75% en California. También es cierto que entre los latinos Demócratas de California un 69% apoyó a la Clinton. Sin embargo, no hay un gramo de evidencia objetiva y real que apunte a que este apoyo mayoritario entre los grupos de inmigración más reciente se origine en algún tipo de prejuicio racial.

Hasta ahora, los únicos episodios de racismo en la campaña presidencial son los que la prensa no se atreve a analizar seriamente: el del pastor de Obama, sobre lo cual ya nos hemos explayado lo suficiente, o el de la propia mujer de Obama, cuya tesis universitaria contiene perlas que defienden el segregacionismo racial, la promoción del supremacismo negro y párrafos tales como uno que dice lo siguiente: "no hay duda en mi mente que como miembro de la comunidad negra, tengo un compromiso con esta comunidad y he de utilizar todos mis recursos, presentes y futuros, primero y principal, para el beneficio de la comunidad negra".

Pero en vez de discutir esta -a mi juicio- muy inportante revelación acerca de quien aspira a ser Primera Dama, nos enteramos a través de James Taranto del Wall Street Journal que algunos en la prensa lo que persiguen es dar vuelta la tortilla y están fabricando una campaña para presentar a John McCain como racista. Esperemos que el público sea lo suficientemente listo como para discernir entre verdades y falsedades, y para demandar que se le informe sobre asuntos de suma importancia que la prensa progre preferiría no difundir ni comentar.

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comentarios
1 Fanfy, día

¡Hola Pablo! Me extraña que no hayan hablado del racismo de Obama gente como Bill Cosby que ha dejado dichas cosas muy claras acerca del victimismo absurdo y el aprovechamiento de la llamada discriminación positiva, que, como todas las discriminaciones es negativa. Cierto que la esclavitud y la Guerra Civil, e incluso el segregacionismo han tenido que dejar heridas que costarán en cicatrizar, pero es francamente triste resucitar esa "memoria histórica" para ganar unas elecciones. ¿Por qué no habláis de Clarence Thomas? ¿Que pensará el juez del Supremo del racismo victimista? Se parece mucho a lo que aquí llamamos nacionalismo, más exactamente sepratismo, que acusa a los demás de lo que es: racista, victimista y manipulador de la realidad histórica.

2 iuris, día

Pero como pueden decir que Maccain es racista si tiene un a hija negra ( no digo afroamericana porque me parece una cursilada).