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Mi apoyo más sincero y entusiasta al independentismo catalán

A la espera de la segunda entrega del diario de viaje de Martínez Abarca por las tierras de Sarah Palin (por cierto, magnífica la primera entrada de la serie), quiero aprovechar esta señalada fecha del 11 de septiembre, en que el nacionalismo catalán celebra la gesta de un jurista español, Rafaél Casanova, defensor de la casa de Habsburgo en la guerra de Sucesión al trono de España, para mostrar mi mas sincero apoyo a las aspiraciones independentistas de la inmensa mayoría de la clase política catalana.

Mi posición no puede ser más políticamente correcta. Si el españolismo patriota es la caverna opresora, yo soy extraordinariamente avanzado en mis planteamientos políticos y estoy absolutamente de acuerdo en que Cataluña sea independiente. Cuanto antes mejor.

Por eso no entiendo que en la tertulia de Es la noche de César, del viernes pasado, un insolvente llamara xenófobo a su director. Al margen del disparate semántico, resulta sorprendente que a los que defendemos lo mismo que Arturo Mas, José Antonio (¡Presente!) Durán y Lérida, o Carmen Chacón y Felipe González en las páginas del periódico El Pais, nos acusen de una cosa tan fea como la xenofobia. ¿Xenófobos por estar de acuerdo con todos estos eximios hombres de estado? Pues entonces casi toda la clase política catalana y el PSOE en pleno son reos del mismo delito.

Yo quiero la independencia de Cataluña. En realidad lo que quiero es la independencia de España de la minipotencia colonial que la fagocita, pero el proceso me resulta indiferente siempre que el fin último, la separación de Cataluña de España, se consume, a poder ser a la mayor brevedad posible.

¿Que hay catalanes que no coinciden con los partidos mayoritarios de allí? Pues mire, sí, pero yo tampoco he votado a Zapatero y llevo ocho años aguantándolo.

En todo caso, si Arturo Mas y el resto de la alegre muchachada de la barretina están en lo cierto, tras la secesión del principado un futuro luminoso de bonanza y prosperidad sin límites espera a sus ciudadanos, así que tampoco deberían preocuparse demasiado.

Y en todo caso, mi deber es preocuparme del futuro de mis hijos, al que los nacionalistas catalanes, con la colaboración necesaria del PSOE, llevan machacando ya demasiados años.

Yo soy un independentista catalán de pro y nada me haría más feliz que la independencia de Cataluña, todavía mejor si se produce por el método que el ilustre constitucionalista premiado repetidamente por el nacionalismo de todo pelaje, Herrero de Miñón, ha dado en llamar "la fuerza normativa de los hechos". 

Una declaración de Arturo Mas, flanqueado por José Antonio (¡Presente!) Durán y Lérida en el balcón de la Generalidad, declarando el Estat Catalá sería el colofón perfecto a todo este proceso de humillación constante que va ya para dos siglos. No sería la primera vez que sucede algo parecido.

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comentarios
1 Mulacen, día

Sr. Molina, apoyo la moción. ¿Donde hay que firmar?. Será para mí un enorme honor secundar al Sr. Vidal y a Vd.

2 AnkHor, día

Felicidades don Pablo, estoy totalmente de acuerdo. "A más y a más", como dicen los catalanes para decir además, estoy seguro que si se hiciese un referéndum en toda España (que ese sí sería legal y vinculante) sobre la independencia de Cataluña, el SI estaría garantizado. No somos pocos, por lo que he podido detectar en mis andanzas por las españas, los que estaríamos encantados de que nos dejasen en paz de una puñetera vez, que pudiéramos desprendernos de ese lastre del llanto eterno, el perpetuo chantaje y el mangoneo en la caja de todos, al que nos tienen ya acostumbrados los catalanes. Pero desgraciadamente, para el nazionalismo catalán, la independencia realmente no es el objetivo. El objetivo es enriquecerse ellos, empobreciendo al resto, y evitar que el desarrollo económico de España pueda suponer una amenaza competitiva para la industria catalana que es de lo que viven. Ya lo demostraron en su día, cuando todas las fuerzas políticas catalanas (salvo el PPC) se opusieron rotundamente al PHN por lo que suponía en desarrollo para las regiones del Levante español. Quieren realidades de dos velocidades: Cataluña, y detrás el resto. Si fueran independientes jurídicamente no podrían chantajear, ni mangonear presupuestos, fondos, ni aspirar al concierto económico. Su objetivo realmente es el control de España desde dentro, y poniendo trabas a su desarrollo, asegurar la Preponderancia de Cataluña por encima del resto de la Nación, pero SIEMPRE JURÍDICAMENTE DESDE DENTRO, donde se tiene el control y acceso a cuentas, fondos y al presupuesto de Fomento. El siguiente objetivo es claro y ya lo han avisado: El concierto económico. Siempre lo mismo: Enriquecimiento/obtención de más medios y empobrecimiento del resto a los que dejo más pobres, con menos medios y menos fuerza para poder llevarme la contraria y bajarme del pedestal al que yo mismo me he subido.

3 colt45, día

Pero para comenzar, que no se enseñe nada mas que el catalán y el que hable castellano que tenga una multa, así no podrán venir a España a quitar puestos de trabajo. Ahhhhhhhhhh además ¡¡¡ INDEPENDENCIA para Los Monegros ¡¡¡ mecaguenla ¡¡¡. La bandera será una llanura seca y un porrón de vino.

4 Herep, día

Claro, claro... Lo que no entiendo es por qué en los años 30 no se tomó la alternativa que hoy ofreces. Nos hubieramos ahorrado una Guerra Civil... ¿España? ¿Qué es España? Un concepto discutido y discutible, ¿no? Pero bueno... no os preocupeis... cuando los valientes defiendan la tierra española os podeis quedar en vuestra casa... tranquilos... No os vamos a necesitar.

5 DasBoot, día

Discrepo con todo mi ardor. Juré defender la integridad de mi patria dando hasta la ultima gota de mi sangre. Y a diferencia de Bono, estoy mucho mas dispuesto a dar la sangre de otros que la mia. Lo que si se tiene que hacer ya es reventar este puto sistema politico que esta diseñado para separatistas y ladrones. Se lo debemos a muchos muertos por España, los pasados y los futuros.

6 DasBoot, día

Lo que si que estoy dispuesto es a conceder a la casta politica catalana la independencia de España. Pueden irse siempre que quieran. Hasta me gustaría invitarlos a todos al Banquete de Odin.