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Póster Turistas

El joven pero nada novato director Ben Wheatley, responsable de Turistas, está destinado a ser una de las grandes promesas del cine británico en general y el de género en particular. No he visto Kill List, su anterior y segundo largometraje, pero la comprensible sincronía en las reacciones (positivas) lograda por Turistas en dos festivales tan diferentes como Cannes y Sitges dice mucho de los méritos del realizador.

La película es una comedia negra y cafre como hace tiempo no veíamos, un psycho-thriller contado en clave de ladina comedia romántica que traslada la carrera criminal de estos dos Bonnie & Clyde de la campiña inglesa (aunque los paralelismos con la insoportable Asesinos Natos serían todavía mayores) a los estereotipos de la comedia dramática y costumbrista británica, e incluso a los del realismo social de Ken Loach o Andrea Arnold (sobre todo ahora que al autor de Tierra y Libertad ha decidido dar la plasta también entre carcajadas).

Turistas nos presenta a Chris y Tina (Steve Oram y Alice Lowe, también autores del guión), dos cuarentones poco agraciados que emprenden un viaje vacacional a bordo de una autocaravana.... y que resultan ser letales para todos aquellos que se cruzan en su camino. A partir de ese azucarado detonante, la oscuridad del guión perpetrado por la pareja de actores, reforzada por la puesta en escena realista de Wheatley (que nunca osa juzgar moralmente el amor que se profesa la pareja), haría palidecer al Ricky Gervais más levantisco y rebelde, restaurando la tradición del humor negro más británico hasta cotas insoportables e insondables de incómoda mala leche.

No sé si entre las intenciones de Wheatley, Oram y Lowe estaba primero realizar una fotografía trágica del amor desesperado, o si en el punto de mira el trío había un amargo comentario satírico sobre la identidad colectiva de un país, Inglaterra, en tránsito hacia quién sabe qué. En realidad, y a tenor del puñetazo que se reserva Wheatley en ese instante final, coronando la película con un meditabundo e hiperviolento gag, ambas cosas. Lo que está claro es que tras Turistas y su rocambolesca sinopsis habita una alegoría, una bastante trágica y espantosa como para esconderla con humor negro. Y que la naturalidad que Wheatley imprime a la cadena de bucólicos asesinatos (Turistas es un filme adulto pero de una violencia soportable) revela un verdadero genio del tono, un cineasta con carácter.

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