Senna demuestra que la realidad supera a la ficción y que existen nuevos caminos en la narrativa -o más bien, inesperados intercambios- para plasmar en pantalla eso que llamaríamos la verdad de los hechos. El londinense Asif Kapadia, firmante de alguna anódina cinta de terror (El Regreso) y otra aproximación épica al cine de Bollywood (The Warrior), entrega aquí un documental sobre la legendaria figura del automovilismo que es tanto un testimonio de lo real como una cinta de acción emotiva, espectacular e increíblemente entretenida.
Kapadia se lleva su experiencia con la dramaturgia de ficción al terreno documental y el resultado no podía ser más apasionante. Utilizando exclusivamente voces en off e imágenes de archivo –no hay, literalmente, ni un solo instante grabado en la actualidad-, Senna se sustancia sin pudor en la estructura del relato heroico ficcional más tradicional mientras se adentra en una historia verídica. La película, producida por el realizador Kevin McDonald (La Legión del Águila) profundiza primero en la vida y carrera del legendario corredor, en su ética entregada, luego en su enemistad con Alain Prost y finalmente en sus polémicas con la FIA, sumergiéndose en la política de un deporte sometido a los dictados empresariales e intereses económicos más que a la competición humana.
Ayrton Senna aparece retratado como un héroe cercano y carismático condenado a enfrentarse al sistema, una persona con defectos justificables y virtudes divinas que le elevan a la categoría de mito. Pero lejos de quedarse en los maniqueísmos, Kapadia simplemente los utiliza de sostén emocional para coger al espectador de la mano e introducirlo en un mundo tan atractivo y dinámico como atroz, el de la Fórmula Uno, toda vez que se centra en el retrato –más humano que objetivo- de un protagonista intenso.
Probablemente Senna pierde con ello complejidad y angustia, pero a la vez gana en emotividad y capacidad de entretener a la audiencia. Se trata de un fenomenal documento que apuesta sin pudor por la épica y el sentimiento, en una cinta mil veces más apasionante y compacta que cualquier blockbuster hollywoodiense al uso. Senna es, en definitiva, un filme capaz de agradar tanto al fan del automovilismo como al espectador más ajeno a la disciplina. No se la pierdan.