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Juan Manuel González

'Nunca me abandones': Love Story + Terrence Malick + Blade Runner

Póster Nunca me abandones

Nunca me abandones es la adaptación cinematográfica del best seller de Kazuo Ishiguro, autor de Lo que queda del día, que presenta aquí un relato romántico y melancólico con notas de la ciencia ficción distópica en el que la humanidad se permite crear clones que sirvan de mero recambio de órganos. En medio de todo ello, unos jóvenes estudiantes de un internado inglés, que ignoran su trágica condición, debaten sus vidas en un triángulo amoroso imposible...

El realizador Mark Romanek (Retratos de una obsesión) apenas incide en los aspectos siniestros o fantasiosos de la historia, tal y como hizo la fundamental Inteligencia Artificial de Spielberg, o el Blade Runner de Ridley Scott, y en lugar de contextualizar opta por presentar un drama romántico y juvenil rodado con un estilo entre contemplativo y melancólico. Sin la concreción, imaginación ni la audacia argumental de otras dramáticas incursiones en la ciencia ficción que exploran los límites de la condición humana, la película se lanza sin embargo al vacío, aunque esta vez con el aspecto romántico y trágico de la misma. Romanek obvia multitud de ramificaciones sociales de la historia, pero lo cierto es que lo hace con la convicción de tener entre manos una historia de amistad, amor y muerte de arrebatado romanticismo trágico, preservando un enigmático y frío atractivo que las cuidadas imágenes se encargan de subrayar. Una suerte de Blade Runner de amores pubescentes imposibles que, pese a su desequilibrio, pone en el tapete la caducidad de la vida como el más digno y deprimente romance juvenil visto en los últimos años.

La película aparece afectada de numerosas vaguedades que quieren ampararse en el profundo aspecto poético y romántico de la historia. Pero lo hace extraordinariamente bien, y el esteticismo distante y existencialista de Romanek consigue dar cuerpo al drama. Lo cierto es que no lo hubiera logrado si no fuera por las portentosas presencias del estupendo Andrew Garfield (La Red Social, elegido el próximo Spider-Man, y un actor a seguir desde ahora) y la siempre excelente y llorosa Carey Mulligan, una actriz en perpetuo estado de gracia que junto a su partenaire masculino dibuja una Love Story de ciencia ficción bastante emotiva.

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