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Póster Los vengadores

Capitán América y Thor, por un lado. Iron Man y el Increíble Hulk, por otro. Los cuatro personajes tienen algo en común, aparte de pertenecer a la mítica editorial Marvel y, con algunas matizaciones, a la narrativa de superhéroes. Todos han tenido una o más adaptaciones cinematográficas, casi siempre acompañadas de éxito taquillero, si bien con resultados artísticos un tanto desiguales. Ahora, y junto a algunas figuras secundarias, como Ojo de Halcón, Nick Furia o Viuda Negra, se reúnen en una única y esperadísima película que podríamos considerar la franquicia definitiva de la editorial-estudio apodada la Casa de las Ideas, y que probablemente detone en mil pedazos las taquillas mundiales, incluyendo la de España, menos dada al género que las de otras latitudes.

Los Vengadores, dirigida por Joss Whedon, ensabla en una misma historia hasta cinco personajes protagonistas diferentes, o al menos con potencial de serlo, y lo cierto es que gracias a la pericia e ironía del guionista y director, la mayoría del tiempo lo hace con acierto. Whedon, autor curtido en la televisión con seriales como Buffy, cazavampiros, su spin-off Angel, o la producción de culto Firefly, se las ha arreglado para dejar algo parecido a una impronta personal en cada una de sus obras, que sus fans denominan Whedon-verso, y que podríamos resumir en humor gamberro, diálogos absolutamente vertiginosos (que delatan su procedencia televisiva), y un conocimiento enciclopédico del cine de género y la cultura popular, incluyendo, por supuesto, la iconografía de la legendaria editorial, para la que servido como guionista en numerosas series.

El argumento de Los Vengadores se resume, sin embargo, de una manera mucho más breve de lo que podría parecer. En este caso, y tal y como podíamos imaginarnos en los epilogos de Thor y Capitán América: El primer Vengador, la amenaza en cuestión viene de la mano de Loki (Tom Hiddleston) y un misterioso dispositivo capaz de abrir puertas dimensionales. El hermano del Dios del Trueno se ha aliado con un misterioso enemigo y ha trazado un plan en el que cada uno de los héroes jugará un papel fundamental, aunque ninguno de ellos lo sabe todavía...

Llámenme raro, y más porque no viene demasiado a cuento decirlo, pero para un servidor, la denostada adaptación de Hulk que realizó Ang Lee fue, pese a sus errores de bulto, uno de los mejores filmes salidos de las páginas de la editorial, y lo fue en parte sólo por el hecho de alejarse de ese tono un tanto monocorde que luego presentarían todas sus películas. Y llámenme anticuado, pero lo cierto es que sigo considerando Superman, el original de Richard Donner con el insuperable Christopher Reeve, como la mejor película de superhéroes, una obra maestra de ese gran contenedor que podríamos llamar el género de fantasía.

Tras esta innecesaria declaración de principios, hay que decir que Los Vengadores no tiene ese halo de genuina magia y emoción de la película de Donner, o al menos no de una manera constante. Pero no nos equivoquemos: Whedon, autor de la estimable Serenity, tiene muy claras sus prioridades, y durante gran parte del extenso metraje de Los Vengadores (que se pasan en un verdadero suspiro), y una vez que se desembaraza de la necesidad de poner al día al espectador que no conoce a los personajes, el realizador y guionista consigue superar las exigencias de una franquicia tan aparatosa. La película es una aventura de acción dicharachera, cómica, violenta pero sin ser oscura, y con un sentido del entretenimiento colorista, nunca hortera, que otros realizadores como Christopher Nolan, con su brillante trilogía de El Caballero Oscuro, han desplazado en favor de odiseas mucho más graves y pretendidamente sustanciales... que algunos llaman contemporáneas.

Whedon se deshace de pretensiones excesivas y puebla el filme de multitud de guiños a los personajes Marvel que harán la delicia del aficionado gracias a su ingenio, aunque quizá despisten un poco al espectador más casual. No obstante, a Los Vengadores sí se le puede poner una pega de cierta importancia. Tras su excelente primera media hora, en la que Viuda Negra (Scarlett Johansson) y Nick Furia (Samuel L. Jackson) llevan el control de la acción, el filme cae en un grave problema de ritmo debido a la necesidad de aportar demasiados datos sobre personajes, de liar una madeja que en realidad es mucho más simple de lo que parece... Una vez transcurren esos minutos malgastados, en los que los personajes hablan demasiado y hacen más bien poco, Los Vengadores se recupera para no desmayarse jamás, y nos obsequia con un climax final de cuarenta destructivos minutos absolutamente irreprochable.

¿Los actores? Bien, gracias. Whedon sabe combinar lo nuevo con lo ya conocido, otorga un notable protagonismo a incorporaciones nuevas como Ojo de Halcón (Jeremy Renner) y se sirve de un Mark Ruffalo que me pareció especialmente brillante como Bruce Banner (ver su reacción en el despegue del enorme helitransporte de SHIELD). Scarlett Johansson parece nacida para el papel de hierática Natasha Romanoff, y entre todos los anteriores eclipsan completamente al Capitán América de Chris Evans, probablemente el personaje más perjudicado en el montaje final, por semejante acumulación de personajes. Reconózcanlo conmigo: Los Vengadores todavía no es el filme Marvel perfecto, pero es un verdadero gustazo.

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