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Juan Manuel González

'La otra hija': Sobre Kevin Costner y el terror contemporáneo

El guionista vasco Luis Berdejo, co-autor del libreto de Rec, ha debutado como director en EEUU con La otra hija (estreno 15 de octubre), una cinta de terror y suspense protagonizada por Kevin Costner que sufrió algunos problemas de distribución en EEUU que, lamentablemente, dieron al traste con su carrera comercial en los cines americanos.

Al contrario de lo que se ha dicho, y aunque no hay nada en el filme que destaque como novedoso, éste tampoco huele a cuerno quemado. La cinta de Berdejo se beneficia de una dirección que privilegia la creación de ambientes y suspense antes que el recuento de víctimas y miembros cercenados. De todo ello hay en la última media hora, pero Berdejo trata de sostener la tensión todo lo posible y arma una película sin duda rutinaria y convencional, pero bien ejecutada hasta el extremo.

A lo largo de La otra hija se suceden apuntes turbadores e interesantes que Berdejo privilegia con un adecuado sentido de la sutileza, con ayuda, eso sí, de la excelente música de Javier Navarrete. Los constantes apuntes que nos llevan a desconfiar de esa otra hija que encarna muy bien la española Ivana Baquero (cuyo inglés en la versión original supera al de muchos actores españoles veteranos); el sentimiento de pérdida de un padre que ve que sus hijos se alejan de él; y la calma inicial que el efectivo guión va corrompiendo poco a poco, muestran que la apuesta de Berdejo está por la creación de una atmósfera malsana, trágica... y también entretenida, pero no una montaña rusa de sorpresas.

La otra hija se ahorra giros presuntamente psicológicos, cambios de puntos de vista extremos y disparates sorprendentes. Al contrario, Berdejo nos va preparando para el desenlace con todas las cartas al descubierto, exponiendo el entramado sentimental de un padre asustado por (y de) sus vástagos, por mucho que esto signifique cierta ausencia de sorpresas. Un final excelente que, por cierto, hunde sus raíces en mil películas recientes, pero que funciona debido a la aceptable credibilidad de los personajes. La otra hija, por mucho que dure diez minutos más de la cuenta y tenga momentos tópicos (más de uno y de dos), es una cinta que juega con elementos clásicos (y básicos) que no pretende aparentar ser más de lo que es, ni mucho menos serlo. Sólo por esa sinceridad, y por su apuesta por un terror fantástico que no escurre el bulto, merece ser aplaudida como un filme más que digno, dignísimo.

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