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Juan Manuel González

Kinépolis se renueva para seguir siendo el más grande

Un servidor todavía recuerda la primera ocasión que visitó las instalaciones de Kinépolis Madrid. Fue con la película que, allá por 1998, inauguró –si no me equivoco- su famosa sala 25, con un millar de butacas y una pantalla de 25 por 10 metros que sigue siendo la referencia del sector. La película era Salvar al soldado Ryan, el espectacular drama bélico de Steven Spielberg, y la experiencia fue, como imaginan, casi inolvidable.

Ahora, el grupo belga ha afrontado una renovación de sus instalaciones en España que ha comenzado en Madrid, y que continuará en Valencia y Granada en los próximos meses. Un proyecto que abarca tanto un cambio bastante completo del espacio e interiorismo como la digitalización completa de las salas, por no mencionar el espectacular anteprograma que se proyecta antes de la película.

La compañía se convierte así en la que más invierte en renovación e instalaciones en tiempos de crisis, con una inversión de 1.200.000 euros sólo en lo que llevamos de año y en lo referente al complejo ubicado en Pozuelo de Alarcón. "Kinépolis es una empresa sana que invierte en tiempos de crisis para salir reforzado", dijo Manu Claessens, director general de Kinépolis España, en la presentación a la prensa.

En cuanto a la renovación de los espacios, lo primero que llama la atención es la potenciación de los puestos de recogida de entradas compradas por internet, que ahora contará con hasta 24 ATM dotados de nuevos sistemas de identificación. La empresa busca potenciar la compra por la web –con interesantes descuentos en el precio- para agilizar el trámite del espectador, sin que ello suponga la pérdida de puestos de trabajo en la empresa. Al contrario, se han retirado los cristales y los micrófonos de las taquillas convencionales para potenciar el contacto humano en el proceso de compra convencional.

Otra renovación visible en las instalaciones es la que hace referencia a los paneles de información, que ahora incorporan más soluciones tecnológicas, como en las nuevas pantallas LCD con información, o el gran muro de estrenos que incluye además las recomendaciones de los espectadores, que puntúan las películas en cartel para facilitar la elección al espectador indeciso. Las recetas de las tiendas de comestibles también han evolucionado, como también lo ha hecho la comunicación de la empresa con el cliente. La incorporación de Wi-Fi en todos los complejos es un proceso de aplicación inmediata.

Pero las renovaciones no sólo afectan a los lounge o el sabor de las palomitas. Kinépolis está en proceso de culminar su adaptación a la alta definición digital para proyectar las películas en la máxima calidad posible en todas las salas, es decir, culminar aquello que caracteriza a los complejos de cine de la marca. Un proceso presupuestado entre 70 y 100.000 euros por sala y que redunda en la alegría del cliente que apuesta por ir al cine en tiempos de crisis, según Claessens.

Los usuarios que quieran experiencias nuevas pueden recurrir a las proyecciones de ópera, deportes o -atención- los programas especiales, una iniciativa ciertamente original que está teniendo una acogida inesperada, como en el caso de Kids at the Movies, un evento en el que se proyectan películas infantiles en horario de fin de semana en medio de un sin fin de actividades destinadas al público familiar. El otro, Ladies at the movies, convierte el visionado de la película en todo un evento social para el público femenino, con animaciones, eventos y regalos de los patrocinadores, y hasta la oportunidad de posar en un photocall, y ver su foto publicada en el muro de Facebook de Kinépolis... además de verla proyectada en la gran pantalla. Esta semana será con La pesca del salmón en Yemen, dirigida por Lasse Hallström. Sin duda, la experiencia de ir al cine sigue viva.

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