Menú
Póster Jack Reacher

Me pregunto, aparte de enloquecer en Oprah, cual habrá sido el pecado de Tom Cruise para ganarse la animadversión de la taquilla y la crítica, aparte de su indudablemente alta autoestima personal. Jack Reacher, la primera película de una posible nueva franquicia para el astro de Misión Imposible, llega con la misión de igualar tiempos mejores para la estrella, que encuentra cada vez más difícil mantenerse ante una audiencia cada vez menos narcotizada por el star-system. Les anuncio de antemano que la película de Christopher McQuarrie, conocido por ser el guionista más recurrente de Brian Synger (Sospechosos habituales), es de nuevo todo un regalo de Cruise para sí mismo: su personaje, Jack Reacher, no es sólo un as en la investigación y el arte de la guerra, sino que destaca por su inteligencia, secretismo y -of course- ser el terror de las nenas allí aparece. Un papel que, huelga decirlo, le viene como anillo al dedo a la estrella.

Pero vayamos a la película, la primera de las adaptaciones de una larga serie de novelas policiacas del británico Lee Child, y que si la taquilla acompaña podrían multiplicarse en años sucesivos. Unos resultados que, en efecto, no han paralizado de placer a Paramount, estudio con el que Cruise parece haberse reconciliado y con el que le une una relación casi histórica, y que no se han merecido ningún análisis de los que yo haya leído. Pero ojo: la cinta lleva amasados 70 millones de dólares en EEUU, una cantidad que no pasa de correcta, pero que asciende a más de 120 si nos atenemos a los pocos territorios internacionales en los que ha sido estrenada, y que como siempre, acaban salvando los trastos al cine norteamericano. A lo que voy: el presupuesto de Jack Reacher fue de unos sorprendentes 60 millones, una cantidad tres veces menor a lo habitual en un filme de estas características, que anula casi toda posibilidad de fracaso, y que sugiere que Cruise no debe haber cobrado más que el mínimo estipulado a la espera de beneficios... Francamente, no tengo ni idea de qué pasará con Jack Reacher, pero la cinta, película que no está nada mal y en ocasiones roza lo formidable, no tendrá demasiados problemas en llegar a los 200 kilos de recaudación global.

Y si no está mal es precisamente por lo bien que le viene a la película la autocomplacencia del astro. Tras un espléndido y violento prólogo, que tras las recientes masacres en EEUU brilla precisamente por la valentía, discreción y ajuste de su puesta en escena (sin revelar nada especial: ojo a ese tenso plano subjetivo de la mirilla telescópica), Jack Reacher llega de la absoluta nada y la trama deriva en una suerte de CSI procedimental plagado de grandes actores secundarios, y en la que éste acaba resultando, sorprendentemente, un personaje tremendamente maleable en su irónica estoicidad: mercenario pero fundamentalmente un detective, Reacher es un tanto un héroe quijotesco y fantástico como una figura anclada con fuerza en la realidad, que permite a McQuarrie jugar y modular elementos básicos como -¡sorpresa!- el suspense y la acción sin que se resienta el andamiaje de la película.

Por el camino, McQuarrie deja escenas y referencias variadas que recuerdan al thriller de décadas pasadas. La visita de Helen al familiar de una de las víctimas, quizá innecesaria pero de una efectividad incuestionable, aporta complejidad y dramatismo a la aventura; las escenas de violencia aparecen cruzadas por un particular sentido del humor que trata de ir más allá de la pura acción, como la que ocurre dentro de una bañera o a la salida de un club; y por qué no, ahí tenemos la espléndida persecución de coches, para la que hay que esperar más de una hora y veinte de película, y que culmina de forma bastante anormal, en una parada del autobús... Todo ello, gracias a la labor de dirección y guión de McQuarrie, se combina con escenas de diálogo tremendamente bien confeccionadas, como ésa que transcurre frente a la ventana de la oficina de Helen, y que bordea el ridículo con brillantez, pero sin jamás perder la compostura, o la presencia de Robert Duvall, cuya presencia el filme se reserva para su tercer acto, y que a sus 81 años parece feliz de volver a reencontrarse con Cruise (y Cruise con él) después de la entrañable Días de Trueno (D.E.P., Tony Scott...). ¿Querían un buen thriller de acción "old school"? No estoy seguro de que lo pidieran con suficiente fuerza, pero desde luego eso es lo que es Jack Reacher.

En Cultura

    0
    comentarios
    Acceda a los 7 comentarios guardados