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Juan Manuel González

'Caza a la espía': la espía que hizo la puñeta a Bush

Póster Caza a la espía

Caza a la espía recrea el escándalo que costó el cargo a Karl Rove en una crítica abierta a la administración Bush en los tiempos más feroces de la contienda iraquí. Valerie Plame, una espía de la CIA, fue dejada al descubierto por sus propios superiores sólo para desacreditar a su marido, Joseph Wilson, un diplomático responsable de un artículo que cuestionaba la presencia de armas de destrucción masiva en Irak.

Caza a la espía se sostiene fundamentalmente gracias a la fenomenal puesta en escena de su director Doug Liman, único puntal de un relato gris que acusa demasiado su naturaleza de crónica un tanto parcial de un escándalo incuestionable, pero que nunca llega a interesarnos como debería. La cámara de Liman, siempre dinámica e inquieta, se introduce nerviosa en los despachos de la CIA y la Casa Blanca en una visión del espionaje totalmente alejada de los parámetros otros thrillers coetáneos. La heroína de Caza a la espía desempeña su labor entre papeles y desde la mesa de un despacho casi tanto tiempo como en el campo de batalla, excusa que sirve al director de El caso Bourne para sustituir la arrebatadora acción del título protagonizado por Matt Damon por una mirada a la trastienda del portentoso trabajo de inteligencia del Bureau

Esto es, sin duda, lo mejor y más novedoso e una película que carece de verdadero corazón, que se apuesta su vida en la denuncia de la corrupción política y la tesis antibelicista de una administración engordada, pero que por el camino pierde la medida de los personajes, nuestro verdadero nexo con lo que ocurre en pantalla. La labor de Liman parece, quizá, demasiado sometida a los dictados de la fuente literaria del relato, sendos libros escritos por el matrimonio formado por Valerie Plame y Joseph Wilson, que le atan y limitan a una versión de los hechos que deriva en un tono demasiado frío y un esqueleto dramático un tanto raquítico en lo relativo a la vertiente familiar del relato.

Caza a la espía no es un mal filme, pero se queda a cierta distancia tanto de intensos thrillers de denuncia política como Todos los hombres del presidente como de otros de espionaje y acción tan efectivos como Spy Game, por citar un ejemplo.

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