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Juan Manuel González

'3 metros sobre el cielo': no es un poligonero, es un chico con problemas

Póster Tres metros sobre el cielo

¿Dónde estás, John Hughes? Fue mi pensamiento más recurrente mientras asistía al pase de 3 metros sobre el cielo, cinta de amores juveniles que se ha convertido –de forma nada inesperada- en el mayor hit en la taquilla del cine español de este año, con más de dos millones de euros amasados en unos excelentes tres días.

El desaparecido Hughes logró con El Club de los Cinco y otras cintas de adolescentes resultados notables gracias a su encanto, ingenio y candor. Sin embargo, 3 Metros sobre el cielo carece de cualquiera de esas tres virtudes y prefiere aproximarse más a modelos televisivos patrios como la serie Física y Química, disfrazando la realidad con estereotipos machistas –sin ironía que los justifique- y esas disfuncionalidades de trazo grueso que sufren sus personajes.

Si a eso añadimos que la cinta de Fernando González Molina cae en todos los tópicos del melodrama romántico y juvenil, el resultado podría ser peor que horrible. Y sin embargo, no lo es tanto. Los fans de la saga Crepúsculo (otra que tal) encontrarán en 3msc –que es como se escribe abreviado el título- un nuevo motivo para perder la respiración con un descarado folletín de amores imposibles con la carismática presencia de María Valverde y Mario Casas, un intérprete que con el pulimento de la experiencia podría dar de sí.

Entre ambos se las arreglan para que un filme tan carente de ironía y con algunas subtramas destinadas tan sólo a rellenar metraje (¿qué ha sido de las películas de 90 minutos?) sea mínimamente soportable.

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