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¿Y si Facebook desaparece?

Ayer me llegó a Gmail un correo electrónico oficial de Facebook. A primera vista lo que parecía una notificación cotidiana con la típica información irrelevante o el resumen de estadísticas de visitas (para los que tenemos páginas de administrador) no lo era. "Anuncio especial" ponía en el encabezamiento, frase que me hizo sospechar algo diferente y que perturbó mi tranquilidad cotidiana. Y así fue: otro cambio más sin previo aviso.

Como ya viene realizando Facebook desde hace algún tiempo, y a los hechos me remito, este tipo de cambios sin preguntar, y casi sin avisar, pueden ser el principio del fin de la afamada red social. Una práctica poco social, si se me permite, dando por hecho el carácter amplio del concepto democrático de internet en general y de Facebook en particular. Esta modificación, al igual que las renovadas galerías de fotos, viene a ser lo mismo que decir “se cambia porque yo lo digo y, si no te gusta, te aguantas”.
 
Todo esto no tiene la menor importancia si uno no lo tiene en cuenta y lo toma como algo necesario contra lo que no se puede hacer nada y a lo que hay que acostumbrarse. No pretendo levantarme en armas contra la red social, no soy ningún Braveheart de la red ni nada parecido, pero lo que está claro es que, después de tener más de 500 millones de usuarios y un valor de mercado de miles de millones de dólares, todos estos cambios y modificaciones no son más que otra estrategia empresarial para mantener o incluso aumentar este valor.
 
Ahora bien, mi amago de queja no es sino la punta del iceberg del cúmulo de razones por las cuales el gigante de las redes sociales puede tener los días contados. Actualmente no conozco a nadie que se haya planteado ni por un momento no disponer de Facebook, es más, muchos de esos más de 500 millones de usuarios creen no necesitar ninguna otra herramienta online como exposición, y al mismo tiempo continente, de sus recuerdos más cercanos, casi de su vida entera. ¿Qué pasaría si un día nos levantamos y Facebook ha cerrado?
 
Pero la cosa no acaba ahí. Uno de sus fines es convertirse en casi la única alternativa online para todo tipo de contenido de entretenimiento y social media. Un YoutubeFlickr, Twiiter y, últimamente, correo electrónico en un mismo portal. Lo que a primera vista deja entrever un monopolio, podría ser también el principio del fin. Por todos es sabido que intentar abarcarlo todo es prácticamente imposible.
 
Añadiría otras tres posibles variables del final hegemónico de Facebook. La primera de ellas está clara: los problemas con la privacidad y la letra pequeña que cada país puede tener al respecto. La segunda estaría más relacionada con la aparición de nuevas redes sociales especializadas y temáticas que cumplieran las necesidades de los actuales usuarios de Facebook pero de forma más completa. Y por último, una variable poco probable, pero a tener en cuenta: los cambios en los gustos y las modas de la sociedad y, sobre todo, de los jóvenes.

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comentarios
1 clavius, día

El problema de internet no es su evolucion, sino que ese es su estado permanente Y eso es lo bueno. http://elblogdekufisto.blogspot.com/2011/02/falsa-alarma.html

2 Elentir, día

Si Facebook desaparece... ¡Viva Twitter! :D

3 gnu, día

No es la primera vez (ni será la última) que se intenta poner un supuesto "valor añadido" a una empresa que se va a vender muy pronto.