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Un lugar en el que la naturaleza y el hombre se dan la mano: el puerto de Beniarrés

Descubro casi por casualidad que la próxima Vuelta a España va a pasar por el Puerto de Beniarrés, un pequeño paso de montaña que une las provincias de Alicante y Valencia y que tiene, creo yo, una belleza particular, espectacular pero al mismo tiempo algo casera, ese tipo de belleza propia de los paisajes que han construido en armonía el hombre y naturaleza.

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Se trata de un puerto que he recorrido en infinidad de ocasiones y en todas y cada una de ellas lo he contemplado y disfrutado, casi diría saboreado. La última fue hace unos días y además lo hice a pie (no completo, pero sí buena parte) teniendo la oportunidad de detenerme en los detalles y de hacer unas cuantas fotografías.

El puerto destaca por dos elementos: el primero la presencia de la Peña de Benicadell, una bellísima montaña coronada por dos enormes murallones de piedra que crean una cresta rocosa realmente impresionante cuando se llega a su pie o a su cumbre, y que nos ofrece vistas magníficas cuando la contemplamos desde la propia carretera.

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Se da la circunstancia curiosa de que Benicadell tiene un pequeño pero importante papel en la historia, o si me apuran dos: el primero por una cueva, la Cova de l’Or (Cueva del Oro) que es uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de la Comunidad Valenciana e incluso de España, ya que era uno de los primeros lugares en los que se habían encontrado pruebas de una incipiente agricultura y, por lo tanto, es considerado una de las puertas del Neolítico en la península.

Y la segunda cita con la historia la tuvo cuando en sus laderas había un castillo (del que no se conservan restos, al menos que yo sepa) que servía como una de sus bases al mismísimo Cid Campeador, e incluso aparece citada en el Cantar del Mio Cid, si bien con el nombre de Peña Cadiella:

Alegre era el Çid & todas sus compannas
que Dios le ayudara & fiziera esta arrancada.
Davan sus corredores & fazíen las trasnochadas,
legan a Gujera & legan a Xátiva,
aun más ayusso a Deyna la casa;
cabo del mar tierra de moros firme la quebranta,
ganaron Penna Cadiella las exidas & las entradas.

La zona fue tomada por el Cid en su conquista de Valencia y después por el rey Jaime I, pero todavía conserva multitud de nombres de origen y resonancia árabe: la propia Benicadell, Beniarrés, Benimarfull, Almudaina, Alcoy, Albaida…

Pero volviendo al puerto, no se crean que he olvidado el segundo de sus encantos: las laderas, divididas en pequeños bancales que las escalonan desde las cimas de las colinas hasta lo profundo de los barrancos. Es tierra de minifundio y hay bancales en los que se ha peleado con la tierra para plantar tan sólo dos o tres olivos.

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El terreno se ha aprovechado al máximo y cada ganancia se protege de la fuerza del viento y, sobre todo, de las lluvias, que pueden llegar a ser torrenciales en la zona. Así, cada bancal, con su pequeño grupo de olivos, está terminado con un margen (traduzco así del valenciano “marge”, aunque no estoy seguro de que se le dé el mismo significado en castellano) que es un muro de piedras de un color gris que se torna azulado a según qué horas y según qué días, colocadas simplemente una encima de otra sobre el borde del campo sin unión ni argamasa alguna, pero con un arte y una sabiduría que los hace capaces de retener a la tierra en su lugar antinatural.

Tan compleja y necesaria era esa labor que ser “margenero” era todo un oficio del que se podía vivir, aunque hace ya unos años que murió el último "margenero" y ahora, poco a poco, los márgenes se van quebrando aquí y allá, y la tierra se desgarra ladera abajo como por una herida.

También se va abandonando el campo, pues ya casi ni el muy sufrido olivo es lo suficientemente rentable, así que supongo que en unos años la naturaleza irá retomando su terreno y, como pasa en lo altos de las sierras que en su día también fueran tierra de labor, el paisaje escalonado del Puerto de Beniarrés se irá perdiendo.

Será una lástima pero al menos nos quedarán la Peña… y el recuerdo.

PD.: Toda la vida se le ha llamado a éste lugar Puerto de Salem (nombre que por cierto le da cierta resonancia a brujería), pero en la web de la Vuelta se le ha puesto Puerto de Beniarrés y, además, sí encuentro por internet referencias con ese nombre y no con el otro. Explicado esto, que no se me enfaden los de Salem.

Y no dejen de ver mis fotos del Puerto de Beniarrés en Flickr.

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