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Hoteles que me gustaron: Papagayo Arena, Lanzarote

Ya les he hablado varias veces de mis vacaciones lanzaroteñas de hace unos meses (y más que les hablaré en un futuro) y hoy quiero hacerlo del hotel que elegimos y en el que estuvimos toda una semana: el Sandos Papagayo Arena.

Entrada al hotel.

Se trata de un establecimiento claramente enfocado a un turismo familiar y tranquilo, a quien busque unos días de descanso en los que, como se dice popularmente, "se lo den todo hecho". Si eso es lo que espera de sus vacaciones no lo dude: allí lo encontrará.

Está situado al sur de Lanzarote, en la zona de Playa Blanca, siendo el último de los grandes hoteles que se asoman a la costa en esta zona. Estar "el último de la fila" lo hace un poco más dificil de encontrar pero le da, supongo, un plus de tranquilidad.

Muchas de sus habitaciones dan a las propias piscinas del hotel y a las diversas zonas de esparcimiento, pero desde ellas también se ve el mar (y quiero decir que se ve, no que alargando el cuello subido a una silla vemos una esquinita) y, por supuesto, hay también bastantes habitaciones que están en primerísima línea de playa, desde las que podrá oir el rumor de las olas cuando se acueste en la cama.

Ya que hablamos de las habitaciones, ese es otro de los puntos fuertes del hotel: son amplias y cómodas, realmente confortables y pueden ser ocupadas por una pareja y uno o dos niños pequeños sin ningún problema. Además, el servicio es también de calidad y se mantienen en un estado de limpieza realmente impecable.

LA COMIDA
Lo más recomendable de este tipo de hoteles, creo yo, es la opción "todo incluído", ya que suele ser interesante desde el punto de vista del precio y, además, dado que los hoteles habitualmente están algo aislados, salir a comer fuera todos los días no es demasiado práctico. En este caso hay varios restaurantes que entran en el TI: el tradicional buffet libre, un italiano también con la posibilidad de comer todo lo que se quiera y un oriental. También hay un francés que hay que pagar a parte y que no probamos.

De los otros tres el más recomendable, al menos en mi experiencia, era el primero: sin los lujos que suelen verse en este tipo de establecimientos en el Caribe, si había un nivel de calidad más que razonable y una amplia variedad. Además, siempre era posible encontrar algo del agrado de un niño, incluso de uno tan pequeño como mi niña (casi 18 meses en el momento del viaje).

Hay también varios bares para los que deseen tomarse algo "fuera de horas", incluso uno con un horario nocturno bastante prolongado para aquellos que deseen alargar el día tomando unas copas. Como nuestro plan era más familiar y mi pequeña se despierta bastante pronto por la mañana el que sí visitamos era el más normal, con una terraza espléndida frente al mar en la que un café con hielo se disfrutaba mucho a pesar de que. eso sí, el café no era demasiado bueno.

Y, por supuesto, el bar de las merendolas en el que tomar las inevitables tortitas con nata.

PISCINAS Y TUMBONAS
Las zonas comunes son amplias y agradables, lo suficientemente grandes como para que, aunque la ocupación sea elevada, uno no se sienta en un entorno masificado. Hay numerosas piscinas para adultos y también para niños, centenares de tumbonas con sus correspondientes sombras, espacios de juego.

Vista de parte de las zonas comunes.

Cuenta también con un pequeño spa con varias piscinas de hidromasaje, gimnasio, sala de juegos... Los niños tienen su propio espacio para jugar, así como bastantes actividades de animación a diversas horas del día. Los adultos tienen su propios espectáculos por la noche, aunque voy a ser bueno y no diré nada sobre su calidad e interés...

EXCURSIONES
Aunque este es el tipo de hotel al que uno va para desconectar y las excursiones no formarán necesariamente una parte importante del programa, recordaré que Lanzarote es un destino fantástico para aquellos que quieran ver lugares espléndidos y auténticas maravillas.

Así en tan sólo unos 15-20 minutos de coche (es muy recomendable alquilar uno) se plantará usted nada más y nada menos que en el Parque Nacional de T¡manfaya, un sitio que justifica el viaje por sí mismo. Y a una distancia similar se encuentra la zona de La Geria, con uno de los paisajes más peculiares que podrán ver en toda su vida.

Más cerca, a sólo cinco minutos en coche, las espléndidas Playas del Papagayo, consideradas entre las mejores de toda la isla y que, desde luego, eran absolutamente deliciosas.

Como nada es perfecto, ya para terminar les comentaré también lo pero de mi semana en el Papagayo Arena, aunque sé que es algo que no importará demasiado a la mayoría de los que se planteen unas vacaciones así, para mí que la conexión a internet fuese inexistente en las habitaciones y deplorable en el mal llamado "internet café" me resultó una auténtica tortura. Es un defecto bastante habitual de nuestros hoteles que, o bien no ofrecen una conexión en condiciones, o bien lo hacen a unos precios completamente fuera de toda lógica, algún día hablaremos de eso...

Imagen del espectacular hall del hotel.

En resumen, una excelente opción para unas vacaciones en Lanzarote y que, sobre todo si pueden darse el lujo de visitarlo fuera de temporada (vayan cuando vayan encontrarán buen tiempo), les ofrece una relación calidad - precio sobresaliente.

Más información:
El Papagayo Arena en Tripadvisor.
Página web del hotel.

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