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Y llegó el día de la despedida

Va a ser raro no ver la próxima temporada a Fernando Alonso en la parrilla de la Fórmula 1. El piloto asturiano nos deja un poco huérfanos. Con su despedida ha convertido de golpe y plumazo, todos los buenos y los malos momentos en recuerdos del pasado. Ese halo de nostalgia, de cierta tristeza o pesadumbre por no haber hecho más grande la leyenda ha perseguido a Alonso las últimas carreras de su última temporada. El pobre rendimiento del McLaren, los abandonos, no han ayudado a que la despedida haya sido de otra manera. Luchar por entrar en los puntos, a veces incluso por terminar ha minado la paciencia de uno de los mejores pilotos del mundo. Sin proyecto y sin hueco en un deporte cuyos expertos, equipos y pilotos le siguen premiando, alagando, colocándole como uno de los mejores, y pese a ello se ve obligado a huir a otras competiciones donde pueda volver a sentir la adrenalina de luchar por el triunfo.

Un día un compañero de este oficio, que es el periodismo, me dijo que Alonso, junto a otros grandes deportistas como Nadal, Márquez o Gasol, eran bestias cuyo instinto, casi animal, no sabía de otra cosa que no fuera ganar. Y cuando eres así y tu talento, tu instinto, encuentra tantas dificultades, tantas piedras por el camino la frustración puede destruir el propio talento. Antes de que esto ocurriera, y habiendo esperado suficiente, para muchos demasiado, Alonso ha tomado la decisión de irse, no para no volver sino para seguir ganando y quién sabe si regresar cuando las cosas, normativa, coches, parrillas sean más propicias para que los grandes pilotos, los mejores, puedan brillar sin depender tanto del coche, de la tecnología y las encorsetadas normas de la FIA.

Ya se que es muy difícil poner en valor lo que ha hecho estos últimos años Fernando Alonso, primero con el reto de devolver a Honda el prestigio que consiguió en los dorados años noventa, y después con la vuelta a los orígenes de Renault encorsetado en un chasis demasiado conservador y poco evolucionado. Y pese a todo, el trabajo ha sido brillante, carreras como la última disputada en Abu Dhabi demuestran cuánto puede poner y sumar el piloto si tiene el talento de Alonso. Un coche que debía haber ocupado las últimas posiciones ha conseguido casi entrar en la privilegiada zona de puntos y eso es casi un milagro que muy pocos pueden hacer, porque hay muy pocos pilotos con la calidad de Fernando Alonso.

Y pese a todo, pese a los últimos años de sequía asturiana, hoy debe ser un día de alabanzas, deber ser un día para rememorar los buenos momentos, para dar las gracias a uno de los nuestros, para presumir de nuestro piloto, para enorgullecernos de hasta donde nos llevó y todo lo que ha hecho por este deporte. Seamos justos, sobre todo con los nuestros, a los que más les exigimos, con los que más duros y críticos somos. Que no haga falta que pasen demasiados años para darnos cuenta de la categoría de Fernando Alonso, de sus logros. Si es una persona tímida, introvertida o seca, como dicen muchos, para mi es indiferente, no es importante nada de eso se refleja en su pilotaje y su trabajo dentro del box. Es una amarga realidad pero somos así, no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Hasta siempre Fernando.

Desde que el piloto asturiano anunció que no correría la próxima temporada las cosas no su retirada las cosas no fueron a mejor en McLaren sino todo lo contrario.

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