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Vettel también conquista la noche de Singapur

Ni estrategias arriesgadas, ni remontadas apasionantes, ni salidas épicas. Nada parece funcionar contra el ritmo de Vettel y su Red Bull.

Ni estrategias arriesgadas, ni remontadas apasionantes, ni salidas épicas. Nada parece funcionar contra el ritmo de Sebastian Vettel y su Red Bull, quienes se han vuelto a imponer en la noche de Singapur. El circuito de Marina Bay ha servido para demostrar el potencial de la escudería austriaca y del vigente campeón que ya puede decir, salvo catástrofe, que tiene en el bolsillo el cuarto mundial consecutivo. Ya sólo, a los españoles, nos queda, que no es poco, disfrutar de las carreras que nos brinda Fernando cada domingo. En esta ocasión el asturiano firmó una de sus mejores salidas remontando de la séptima hasta la tercera plaza en apenas dos curvas y dejando abierto un podio que parecía lejano tras la nefasta clasificación del sábado.

En otras ocasiones he criticado los problemas de Ferrari para salir en una buena posición en parrilla, esta vez las críticas se mantienen pero añado un poco de resignación. Da igual que Fernando se calificase segundo, después de la demostración hecha hoy por Vettel sacando una media de dos segundos por vuelta a sus perseguidores y ganando con una ventaja sobre el tercero de 45 segundos. Contra eso, nadie puede luchar, ni siquiera Fernando.

Es de justicia decir que Ferrari y Fernando están haciendo un buen Mundial, con algún altibajo pero con una gran regularidad. Ningún otro equipo ha sido capaz de inquietar y perseguir a Vettel como lo ha hecho Alonso. Ni Lotus, ni Mercedes han conseguido la regularidad de Ferrari, y por eso están más lejos en la clasificación general. Pero lo malo es que el esfuerzo hecho desde el garaje del cavallino rampante no es suficiente si lo que se quiere es optar al Mundial. Lo que me lleva a afirmar que el problema no es Ferrari, que tiene un amplio margen de mejora, sino el gran potencial de Red Bull.

Fernando Alonso se enfrenta a uno de los equipos con más potencial de la historia de la Fórmula1. Es cierto que el Ferrari que vivimos hoy no es el mejor Ferrari que hemos visto, pero a estas alturas de la historia no se puede decir que Ferrari pierda el Mundial, lo más justo y realista es afirmar que es Red Bull y Sebastian Vettel quien lo gana por méritos propios. Porque es el mejor equipo, el más ensamblado, porque cuentan con el mejor ingeniero, Adrian Newey, y porque Vettel se ha adaptado a la perfección a las características del monoplaza de la bebida energética.

Un cóctel perfecto que es difícil de repetir y con el que es complicado luchar. La gira asiática que nos queda hasta llegar a la carrera de clausura en Interlagos, Brasil, promete ser un recital del piloto alemán. Aunque las matemáticas dicen que todavía el Mundial no tiene propietario todos en el paddock saben quien se coronará esta temporada. Así que vivamos carrera a carrera la emoción de cada gran premio sin más pretensiones que ver a Fernando Alonso en el podio, porque seguro el asturiano presionará a Vettel hasta que las cuentas no le salgan.

Por cierto, bonita foto la que nos ha dejado Singapur con Alonso y Raikkonen segundo y tercero. Los dos pilotos, protagonistas de dos sensacionales remontadas se verán las caras en el mismo garaje el próximo año. Ferrari será un polvorín. Cómo afecte esto a la competitividad del equipo está por ver, pero seguro que no faltará el espectáculo en la luchar entre ambos pilotos.

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