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Mónaco se tiñe de grises

En el Gran Premio con más brillo y más glamour de la toda la temporada hemos visto al Fernando Alonso más gris, sin luz. Salía desde la sexta posición, un puesto muy complicado para optar al podio y qué decir si hablamos de optar a la victoria. En muy pocas ocasiones, sólo dos, algún piloto que salía más allá de la quinta posición consiguió los laureles de Mónaco.

Si bien, en el pasado gran premio de España vimos a un Alonso brillante y a un Ferrari a la altura de su historia, Mónaco les ha quitado al equipo y al piloto todo lo que vimos en el trazado catalán. No sólo no pudo ni quisiera inquietar a Raikkonen, el piloto que llevaba adelante, sino que fue adelantado en pista en hasta tres ocasiones, si contamos el adelantamiento de Pérez por el que fue sancionado. Que te adelanten en Mónaco y en la curva Loewe como lo hizo Sutil es un poco humillante. Lo cierto es que Fernando abrió demasiado la puerta tanto a Sutil como a Button. ¿Desdén o falta de concentración del asturiano? Alonso aseguró tras la carrera que él no había tenido ningún problema en concreto con el coche, sólo una falta de rendimiento. Pero visto lo visto parecía algo más. Con estos altibajos difícilmente se puede lograr un Mundial tan codiciado en el que tus aspirantes no pierden el tren de las primeras posiciones.

Dicho esto, hablemos de una carrera que tampoco brilló en exceso. Vimos a los pilotos y a las escuderías muy conservadoras intentando guardar al máximo los neumáticos y dejando correr la carrera, nunca mejor dicho. Los más beneficiados los de cabeza. El punto de inflexión, por llamarlo de algún modo, fueron los dos safety car.

El primero más polémico que el segundo. Si en el accidente de Maldonado no hay dudas de que la bandera roja está justificada, en el accidente de Felipe Massa me asaltan unas cuantas dudas. La primera, por qué no se saca el coche de seguridad desde el primer momento. Justo cuando Sebastian Vettel entraba en el box a cambiar neumáticos los comisarios deciden sacar el safety, ni que Charlie Whiting hubiera llamado a Christian Horner para avisar a sus muchachos. Consecuencia que, si bien Rosberg no se vio afectado, si lo hizo Hamilton que perdió la segunda posición y pasó a ser cuarto. Cuanto menos sospechoso, sobre todo conociendo la trastienda de la Fórmula 1.

Red Bull vuelve al podio y sigue liderando el Mundial con una cómoda ventaja sobre Lotus y Ferrari, aunque la temporada es larga y caprichosa. Igual que la victoria de hoy de Nico Rosberg. Lo mejor de un día de carreras que nos trajo a la memoria a un campeón del mundo, Keke Rosberg, padre de Nico y también ganador en este trazado urbano, pura historia de la F1.

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