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Márquez consigue un título que rozó el asfalto

Marc Márquez lo tenía fácil, le bastaba prácticamente con acabar la carrera para coronarse de nuevo como campeón, pero el piloto español no se le dan bien las cosas fáciles lo que le convierte en único en su especie. Quería ganar ganando, quería hacer lo difícil, pero las medias tintas no les sientan bien y perdió la concentración y casi hasta el título. Pero sólo Márquez es capaz de levantar literalmente del suelo la moto, tras una frenada imposible, hacer que la moto ruede sin calarse ni caerse en la gravilla y seguir en carrera sin perder su opción de volver a ser campeón. Sólo ese gesto que nos enseña tanto de su maestría bien vale un Mundial. Un Mundial trabajado en cada gran premio, en donde ha habido hasta seis pilotos optando al título y donde las distancias han sido mínimas. Primero naufragaron las Yamahas, luego lo hizo el compañero de Márquez, Dani Pedrosa y sólo quedaron dos, Márquez y un increíble Dovizioso que aguantó el pulso hasta el final.

Hay que ser sinceros, aunque Márquez se hubiera caído no creo que el piloto de Ducati hubiera podido ganar la carrera y con ello el título porque el italiano no tenía el ritmo suficiente para llegar a los hombres de cabeza y superarles como sí ha hecho en otras ocasiones. En cualquier caso, bravo por una temporada en la que hemos visto a un nuevo Dovizioso, fino, rápido y muy respetuoso con el rival. La imagen de todo el equipo Ducati felicitando a sus adversarios de Honda es una de las imágenes más bonitas que nos ha dejado este deporte y que demuestra una vez más su singularidad frente a otros donde la discordia y el enfrentamiento están más presentes. Motos y velocidad dentro de la pista, de eso se trata. Y quizás sea en respuesta a esta filosofía que Márquez no haya sacado la bandera española en la vuelta de honor, harto de que esperen de ellos una significación. No creo que la bandera española sea una significación, es nuestra bandera, la de todos. Me entristece que no la haya sacado, por el motivo que sea, por cansancio del que dirán, por convencimiento propio o por indeferencia. No tengo duda de que Márquez se siente español, catalán, leridano, ya ha hablado de esto en muchas ocasiones. Es un hombre que por encima de todo ama la velocidad, las motos, las carreras, la competición y esa es su bandera.

En cualquier caso, Márquez se merecía este Mundial, trabajado como nunca, con tiento, con paciencia y, como siempre tratándose de Márquez, arriesgando al límite, ese que sólo él puede rebasar. Tanto talento y tanto empeño le han convertido en el piloto más joven en poseer cuatro títulos en la categoría reina y en el segundo español, tras el gran Ángel Nieto, con más títulos, ya lleva seis y los que quedan por llegar.

Y que Márquez sea así lo demuestran salvadas imposibles como la que nos regaló a final de carrera y que

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