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Las Hondas fuera de combate

Si alguien es capaz de hacer lo imposible, ése es Marc Márquez pero en este caso el milagro se antoja difícil e inalcanzable. Pese a que todavía queda mucha temporada por delante, sólo una catástrofe para los pilotos de Yamaha podrá evitar que este año el Mundial se vista de azul. Demasiados abandonos, demasiados errores los que atesora ya el vigente campeón que sigue sin poder meter en cintura a la Honda que parece no haber resuelto sus problemas de chasis y de motor.

Pero de todo se debe aprender y en eso Honda y Márquez parecen estar más lentos que en la pista. Primero porque a la marca del ala dorada nunca se le ha dado bien reconocer que el problema está en la moto. Ellos siempre creen que el piloto es la excusa para poner en pista su potencial, razón por la que, por ejemplo, Valentino Rossi dejó Honda por Yamaha harto de escuchar que todos sus títulos habían sido gracias a la moto y no tanto a su talento. Ahora la marca japonesa tiene la oportunidad de escuchar a Márquez, de confiar en una de las promesas más brillantes que ha dado este deporte, aunque de promesa sólo le queda su juventud, y cambiar lo avanzado o incluso retroceder y volver a poner en pista la moto del año pasado qué tanto éxitos les dio.

Por otro lado, Marc no termina de comprender que cuando uno no tiene las herramientas para tirar, para luchar, conservar es la mejor baza. Aunque también entiendo que pilotos como Márquez, Valentino o Lorenzo les cueste conformarse con algo que no sea el podio. Pero a veces, a un campeón también se le descubre por su inteligencia y por el saber esperar su momento. En el caso del piloto de Honda de haber conservado, no sólo en Montmeló sino en los anteriores grandes premios, ahora podría estar más cerca de los hombres de cabeza y esperar desde la retaguardia a que la fábrica japonesa de con la solución a los problemas. Ahora la partida está prácticamente perdida y los triunfos del año pasado que le alzaron como uno de los mejores y le dieron su segundo título consecutivo parecen muy lejanos.

Es una lástima no haber visto al mejor Márquez o, mejor dicho, a la mejor Honda, junto con las dos mejores Yamahas de los últimos años. Tanto Valentino y, sobre todo, Lorenzo se han preparado a conciencia este invierno para poner en aprietos a los hombres del ala dorada. ¡Y vaya si lo están haciendo! Tienen el Mundial en su mano y todavía no hemos llegado al ecuador de la temporada.

Si bien el Mundial está perdido para Márquez sus ganas, su necesidad de ganar deben seguir intactas porque una cosa es fallar y otra muy distinta rendirse.

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