Menú

La F1 en peligro por el déficit de las CCAA

 

Durante los últimos años España ha sido un país de derroche, de fiesta y a veces de pandereta, también en la Fórmula 1. Tanto ha sido así que los distintos gobiernos autonómicos se peleaban por ser parte del circo, convirtiendo a nuestro país en el único en el mundo que organiza dos Grandes Premios de la máxima categoría de automovilismo y cuatro pruebas del Mundial de Motociclismo.

Un lujo para los espectadores españoles que ahora las malheridas comunidades no se pueden permitir. El problema es que firmaron en su día un contrato con la F1 que resulta más costoso rescindir que cumplir. Tanto Cataluña como Valencia ya han manifestado sus dificultades para seguir siendo parte del calendario del Mundial y buscan como locos nuevas fórmulas que a la vez que convenzan al patrón de este deporte, Bernie Ecclestone, sean compatibles con sus deficitarias cuentas.

Lo cierto es que es poco entendible que tanto el gobierno catalán como el valenciano hayan emprendido una era de recortes que afectan a los principales servicios públicos mientras que presumen ante el mundo de ser sede de uno de los deportes más exclusivos y caros.

En el caso del circuito catalán de Montmeló llevan siendo sede de la F1 desde 1991 y el contrato con los magnates de este deporte no se escinde hasta 2016. El problema es que la ayuda regional con que hasta ahora ha contado el Gran Premio de España se ha acabado, no hay dinero en las arcas autonómicas. A la falta de financiación pública se ha unido, en los últimos años, un drástico descenso del público que acude al circuito a ver el espectáculo de la F1. Si en 2007 acudieron al trazado catalán 140 mil personas, un año más tarde la afluencia se redujo casi a la mitad, haciendo deficitaria la prueba.

La falta de atino, suerte o coche, como ustedes quieran, de Fernando Alonso, unido a la cada vez más asfixiante crisis fue dejando grandes calvas en las tribunas cuyos precios lejos de bajar, subieron. Y precisamente es el público el único recurso con que cuentan los organizadores para reflotar el Gran Premio. El director del circuito, el ex piloto Salvador Servià, ha asegurado que la captación de público internacional podría ser la fórmula para que los bólidos sigan parando en Cataluña.

Pero hay más fórmulas, como la de alternar los circuitos de Valencia y Montmeló en la celebración del Gran Premio anual, tal y como ha respaldado el propio Bernie Ecclestone. De este modo España se garantizaría un Gran Premio al año sin que las administraciones y las empresas organizadoras se arruinaran en un intento de aparentar lo que no son. Pero Cataluña ha sacado, una vez más, su orgullo nacionalista y se ha opuesto a compartir nada con sus vecinos valencianos.

En Valencia parece que las cosas están más claras porque urgen más. El propio presidente de la Generalidad, Alberto Fabra, viajó hace unos días hasta Londres para reunirse con Bernie Ecclestone para intentar mejorar las condiciones del contrato sin conseguir muchos adelantos. La ciudad del Turia es sede de la F1 desde 2008 y su contrato se extiende hasta 2014.

En el caso en que el gobierno de Fabra tomase la decisión de no cumplir y dejar de ser sede de este deporte, debería abonar a la F1 40 millones por cada año de incumplimiento de lo convenido, una cifra superior al coste de la prueba, que actualmente ronda los 20 millones.

Desde el ayuntamiento valenciano aseguran que el impacto de la prueba para la ciudad supera los 50 millones, de los que el gobierno autonómico no ve ni un euro. Incluso el ejecutivo regional debería comprar la empresa organizadora de la prueba, Valmor Sport, para poder darle continuidad al proyecto lo que supondría asumir la deuda de ésta, que asciende a 30 millones de euros.

Así las cosas, el Gran Premio de Europa se ha convertido en una piedra en el zapato de la Generalidad, y la falta de acuerdo con sus vecinos catalanes podría ser determinante para que el rugido de los motores de la F1 no suene más en el trazado urbano valenciano.

O somos capaces de ponernos de acuerdo entre nosotros o no creo que la F1 venga en nuestra ayuda y más con el incipiente número de circuitos de nueva creación que se pelean por ser parada y fonda de este deporte. India, Corea del Sur y Rusia son las últimas incorporaciones. Allí Bernie Ecclestone no tuvo ningún obstáculo en la negociación y el dinero no fue problema.

España y por ende Europa están perdiendo fuelle e influencia en este deporte, como en otras muchas materias. En los inicios de la F1 apenas eran varios los grandes premios que se celebraban fueran del viejo continente, ahora apenas son media docena los que recaen en terreno europeo. La influencia económica y geoestratégica de Asia es cada vez más patente y también en lo que se refiere a este deporte. 

Temas

Herramientas

2
comentarios
1 FILI, día

Pues que no la haya, a ver si de una vez se arregla eel tema Jarama y la F1 vuelve a Madrid... Bueno voy a dejar de soñar, que aunque tuve la gran suerte de ver la última carrera de F1 que se celebró en El Jarama, creo que ni mi hijo lo verá. Es una pena que la F1 se haya convertido en el "negociete" de Eclestone y haya perdido la esencia de deporte de alto riesgo practicado por caballeros que su única misión es el ir más rápido y a los equipos el hacer el mejor coche del mundo. Esto ya no existe, me da verguenza ver la F1 actual y más cuando he visto carreras en las que cinco pilotos entraron en el mismo segundo (Jarama 1981). A ver si esto le explota en las manos a Eclestone y los equipos se cansan de la FIA y de este sujeto y crean una nueva F1 sin límites, sin Safety Car en las salidas con lluvia, y sin medias tintas... Un saludo. FILI fili@2y4t.com

2 lumastur, día

Bien Lucía, veo que sigues al pie del cañón.:) Que la F1 vaya moviéndose hacia Asia y en general hacia las economías llamadas emergentes, creo que es un hecho imparable, desde el punto en que esto es un espectáculo de masas y un negocio. La mundialización también afecta a la F1 y me parece positivo, más allá de purismos. Y es algo que trasciende la presencia o no de Ecclestone. En cuanto a las cuitas hispanas la cosa tiene mal cariz. Desde luego, si Bernie se cierra en banda-que es lo más probable-, la única opción sería compartir el GP, otra cosa no sería entendible. Y por parte de los organizadores me parece que deberían replantearse los precios de las entradas, porque sin público no hay espectáculo. Saludos.