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Hamilton deja a Vettel sin su victoria soñada

Todo estaba listo para el gran día de Ferrari, tenían la pole y la segunda posición de la
parrilla, el coche más rápido y a los tifosi, pero una vez más fallaron, o mejor dicho,
Mercedes les ganó la partida, y no en cualquier gran premio, en el de casa. Antes de que
el semáforo se apagara las apuestas eran claras, doblete de Ferrari, con los Mercedes
lejos. Pero si alguien ha demostrado en los últimos años que le cuesta aprovechar las
oportunidades, ese es el equipo del Cavallino Rampante. El más perjudicado sin duda
fue Sebastian Vettel, que acostumbrado a que su compañero de equipo Kimi Raikkonen
le facilite los adelantamientos, tuvo que batirse el cobre con Hamilton, su máximo
adversario, y perdió, vaya que si perdió. La posición la ganaba el inglés y el alemán, tras
trompear con el Ferrari, se vio relegado a la última plaza. Pese a todo terminó cuarto,
pero conociendo el ego de Vettel seguro que se fue herido, todos esperaban que ganara
en el circuito de casa y con todo el potencial a punto para superar a las flechas
plateadas, y fue él el que al final se vio superado.
Son carreras como estas en las que se decide un Mundial. Ferrari debía haber
aprovechado su superioridad de potencia en Monza, pero esta vez no falló el coche, sino
el piloto. Tampoco se mostró contento Kimi Raikkonen y no es para menos. Para una
vez que el finlandés tiene lejos a su compañero y que no tiene que claudicar con las
órdenes de equipo, los Mercedes le arrebataron la posibilidad de ganar después de más
de 100 grandes premio sin hacerlo. Bottas bordó su trabajo como escudero y Hamilton
el suyo como número uno, y no ha hecho más que reforzar su primera posición en la
general de pilotos. Nunca me imaginé que me alegraría tanto de que Hamilton ganara,
pero admito mi falta de sintonía con Vettel, no dudo de su calidad como piloto, pero me
despierta muchas dudas como persona, como compañero y me cuesta verle ganar con
esa prepotencia que pasea por el paddock.
Reconozco, y es una debilidad, que no hay nada que me moleste mas que ver a
Sebastian con sus dedos índices apuntando al cielo, bueno sí, creo que ver a Fernando
Alonso arrastrándose por las pistas y casi obligado a dejar la categoría
por falta de
oportunidades es más doloroso. Pero ese otro drama del que hablaremos cuando la
función del asturiano llegue, al menos en la F1, a su fin.

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