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Era cuestión de tiempo: la Fórmula 1 cancela el GP de Australia por el coronavirus

La celebración el Mundial a día de hoy es prácticamente imposible por muchos cánones, contratos o intereses económicos que haya.

Era cuestión de tiempo que la FIA diera su brazo a torcer y cancelase el arranque del Mundial de F1 en Australia. El positivo de uno de los mecánicos de McLaren ha obligado a suspender la carrera del domingo pese a que todos los equipos estaban ya en Merbourne dispuestos a disputar el primer gran premio de la temporada. Bueno, no tan dispuestos. Hamilton, Vettel y otros muchos ya habían manifestado días atrás sus quejas por la falta de responsabilidad de la F1 y Liberty Media, que no sólo no cancelaban la carrera, cuando otros deportes estaban cancelando todo, sino que había previsto que se disputara con público.

"Tiene que morir alguien aquí", había dicho el vigente campeón del mundo, atónito por la lentitud en la toma de decisiones de la FIA, y más cuando tanto la Federación Internacional como Liberty llevaron a los equipos hasta Australia con una condición, que se celebraría la carrera siempre y cuando todas las escuderías pudieran tomar parte de ella, después de las restricciones que se habían impuesto en todo mundo con motivo de la expansión del coronavirus.

Una vez que el mecánico de McLaren da positivo y dos más de Haas están bajo sospecha, no debería haber tantas dudas; y, si no, que les manden a los jefazos de la F1 algunos de los vídeos que circulan sobre cuál es la situación en Italia o en la misma España. Se había especulado incluso con que disputaran los entrenamientos libres y luego el fin de semana se desmontase todo, algo que habría sido un sinsentido. En cualquier caso, la decisión de cancelar el GP de Australia deja muy tocado el Mundial ya que a la semana siguiente se debía celebrar el Gran Premio de Bahréin que ahora quedaría comprometido, casi muerto, igual que parece estar el que debía ser el debut de Vietnam en el calendario del gran circo.

Las restricciones impuestas a determinadas nacionalidades en países todavía libres del Covid-19, o con muy pocos casos, y las limitaciones impuestas por EEUU a los vuelos procedentes de Europa hacen que la celebración del Mundial, a día de hoy, sea prácticamente imposible por muchos cánones, contratos o intereses económicos que haya. Lo más razonable es anunciar, como ya han hecho en el Mundial de MotoGP, un aplazamiento que, ojo, podría convertirse en cancelación en cualquier momento.

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