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El mediocre objetivo de McLaren

Pese a que Fernando Alonso nos sorprendió el sábado con una clasificación que sólo él puede hacer, firmar una séptima posición con el peor coche de la parrilla, la realidad es tozuda y se reveló en carrera. Pero pese a todo, a que la duodécima posición de Fernando es mala para lo que merece el bicampeón del mundo, el objetivo, el pobre objetivo de McLaren –Honda se cumplió en Barcelona por primera vez esta temporada, cruzar la bandera a cuadros, es decir, terminar el gran premio.

Nada ha mejorado desde los entrenamientos de pretemporada, el coche sigue siendo lento y poco fiable y lo peor es que no hay una perspectiva clara de mejora. Alonso hizo magia el sábado y a punto estuvo de poderla hacer también el domingo sino hubiera sido por Felipe Massa, que siempre está ahí para arruinar los momentos importantes del asturiano. Tras el toque entre Bottas, Raikkonen y Verstappen en la primera curva del gran premio, Alonso podrían haberse quedado cuarto, aunque hubiera sido durante una vueltas porque por motor pronto hubiera tenido que ceder su privilegiada posición. Pero sin duda habría sido un regalo para los aficionados que tantas muestra de cariño mostraron al piloto español, harto de arrastrarse por los circuitos del campeonato. Antes de la carrera Alonso estuvo regalando camisetas, firmando gorras, dejándose el alma con los aficionados en el cuerpo a cuerpo con ellos al ser consciente de que ese era su mejor regalo, porque después en carrera tocaría sufrir. Y si en algún gran premio había que terminar o al menos intentarlo era este. Este año 2017 posiblemente sea el año más difícil para el piloto español, tres temporadas perdidas con McLaren Honda más las vividas sin éxito en Ferrari, con pocos años de competición por delante y muchas dudas a su alrededor. Es el año de Fernando, el año en que deberá decidir qué hacer con su vida deportiva. En esta decisión contará mucho lo que hagan los equipos, si algunos de los grandes todavía cuenta con él para hacer grande y campeón su monoplaza, esto será crucial para que Fernando nos sigua regalando emoción los domingos. Pero no será en este equipo.

La única esperanza esta temporada de ver a Fernando con un coche a su altura es seguir dentro quince días las 500 millas de Indianápolis. Un balón de oxígeno para el español que necesita nuevos retos para que su pasión, sus ganas, no se sequen por el camino.

Mientras tanto el Mundial continuará en Mónaco con los Ferrari más fuertes que nunca. En Montmeló, pese al haber sido territorio por méritos propios de Hamilton, Ferrari ha demostrado su fortaleza tanto por la fuerza de su unidad de potencia como por lo equilibrado de su chasis. El Mundial va estar más caro que nunca, gane quien gane lo hará por detalles, por regularidad y por talento. Vettel y Hamilton son los dos favoritos. El primero deberá seguir con las mismas fuerzas y la misma motivación demostrada hasta ahora, algo que parece que le falta al segundo, en Montmeló hemos visto al Hamilton de siempre pero para ganar su cuarto Mundial necesita estar así siempre porque los Ferrari están demasiado cerca.

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