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Aquel duelo en tierras francesas...

Ahora que llega el GP de Francia, vale la pena recordar uno de los episodios más emocionantes ocurrido en uno de sus circuitos. Me van a perdonar pero aquí tengo que introducir un recuerdo personal. En todos los años que llevo siguiendo con pasión la F1, hay un recuerdo a la que le tengo particular aprecio. De hecho, es el primero que tengo de la F1 y probablemente es gracias a él que sigo desde hace tanto tiempo este apasionante deporte.
 
Se trata del duelo que protagonizaron Gilles Villeneuve y René Arnoux. Algo impensable en la F1 actual donde un pequeño toque o provoca problemas serios en el monoplaza, un abandono o alguna sanción. Ocurrió el 1 de julio de 1979, en el circuito de Dijon. El primero, en Ferrari, ya era uno de los grandes de la parrilla mientras que el francés corría su segunda temporada. Pero lo hacía con el Renault RS10 dotado del turbo y del famoso efecto suelo (creado por Colin Chapman) que literalmente pegaba a los monoplazas al suelo y alcanzando velocidades muy altas sobre todo en el paso por curva (después fue prohibido por el peligro que presentaba). De hecho, esa carrera fue la primera que ganaba la escudería francesa como constructor pero la victoria de Jabouille (en la imagen con el número 15) fue totalmente eclipsada por la pelea por el segundo puesto.
 
Todo ocurrió en las dos últimas vueltas. Jabouille era primero sin problemas pero el segundo lugar aún estaba por definir. Ni uno ni el otro cedieron en ninguna curva. Villeneuve era conocido por su arrojo, por ser valiente y arriesgado. Pese a eso, Arnoux no fue menos y también demostró su gran calidad como piloto. Al final, el canadiense fue segundo por delante del francés. En lugar de relatar el mano a mano, lo mejor es que lo disfruten:
 
 
Las palabras de Arnoux tras la carrera fueron clarificadoras: "El duelo con Gilles es algo que nunca olvidaré. Mi mejor recuerdo de la competición. Me ganó, sí, y en Francia, pero no me preocupaba. Sabía que había sido superado por el mejor piloto del mundo."
 
Es probable que fue a partir de entonces en que Gilles –tal vez el piloto más querido por Enzo Ferrari– comenzó a labrar una leyenda que aún perdura y que le valieron tras su muerte el título de Campeón sin título. Ese mismo año, casi dos meses después de aquellas dos últimas vueltas de Dijon, Gilles volvió a demostrar de la pasta de la que estaba hecho. En el GP de Holanda, en Zandvoort, y mientras luchaba con Alan Jones (a la postre ganador de la carrera con el Williams FW07) perdió el control de su Ferrari 312 T4 tras un pinchazo en su neumático. Empeñado en llegar a boxes, dio marcha atrás y retomó la marcha a tal velocidad que incluso la llanta se desprendió del coche. Su afán por la competición le hizo pedir a los mecánicos que le solucionaran ese problema aunque finalmente le convencieron a no seguir:
 
 
Sólo un desafortunado accidente en 1982 durante las clasificaciones del GP de Bélgica en Zolder nos privó de seguir viendo a este auténtico genio de la Fórmula 1. Sin duda uno de los más grandes de todos los tiempos.

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comentarios
1 Hegemon1, día

Ya había visto el impresionate video de Villeneuve...es impresionante....yo nunca he visto una cosa igual y menos ahora, en la actual F1. Algunas luchas parecidas pero no tan intensas si, con Alonso o con Shummi, y más atrás con Senna y Prost pero nada parecido a eso. ¡¡Ojalá vuelva ese espectáculo!!

2 Purczeld, día

Pues sí, era espectacular. El problema es que el espéctaculo iba en detrimento de la seguridad. Vamos, que los pilotos eran poco menos que conejillos de indias sobre ruedas. Si no, mirad el último vídeo de la serie del ídem del pinchazo, donde se puede comprobar que el efecto suelo es una ley con la que no se debe jugar. Después de esa muerte se restringió lo del efecto suelo. De acuerdo en que la Fórmula 1 de hoy en día es un tostonazo el 95% del tiempo, y que hay que esperar a las salidas de carrera, la lluvia y las salidas de pista para ver espéctaculo. Ahora bien, cuando se dan estas situaciones no hay deporte más emocionante. A ver si con las nuevas modificaciones que se está estudiando aplicar en años venideros se puede invertir la deriva.