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1940: Fallece en el exilio Manuel Azaña

El 3 de noviembre de 1940 moría Manuel Azaña en su exilio francés de Montauban. Su muerte cerraba una página de la historia de España, la más convulsa del siglo xx, la que comenzaba con la instauración de la Segunda República en 1931 y terminaba al fin de la Guerra Civil en 1939. Manuel Azaña representó como nadie ese papel de intelectual metido a político tan común en el siglo xix, una combinación que no siempre daba estadistas notables. De él diría Unamuno: «Cuidado con Azaña. Es un escritor sin lectores. Sería capaz de hacer la revolución para que lo leyeran».

La vida de Manuel Azaña antes de su entrada en política tiene poco que resaltar. A los diez años ya era huérfano de padre y madre, estudió Leyes, se interesó por la literatura, deambuló sin provecho por las noches de Madrid y en 1911 viajó a París. De allí volverá con inquietudes políticas y una idea trágica de España. Fundará partido propio, Acción Republicana, y entrará en aquel conspirativo Pacto de San Sebastián. Con el advenimiento de la República formará Gobierno y a partir de ahí, su oratoria y dotes personales le catapultarán a la primera línea, pese a ser el suyo un partido muy minoritario.

Como ministro de Guerra emprendió una importante reforma del Ejército, reduciendo el número de oficiales. Más tarde, como presidente del Gobierno impulsó la Ley de Congregaciones, de fuerte contenido anticlerical, que justificó con su polémica frase: «España ha dejado de ser católica». Hubo muchas más. Una reforma educativa, otra agraria, una ley para el sufragio universal... todas controvertidas. Su prestigio se vio muy mermado con los sucesos de Casas Viejas, donde la Guardia de Asalto, también creación suya, masacró una rebelión de anarquistas.

Tras este primer periodo la República se desbocó y Azaña no volvió a tomar el timón, yendo a remolque de otros políticos más vehementes. Sus últimas impresiones sobre la República y la guerra las refleja en sus Diarios, pero también en su obra teatral La velada de Benicarló, donde además de autoeximirse de toda responsabilidad, se muestra muy crítico con sus aliados, en particular con los nacionalistas.

Otras efemérides de este día que deberías conocer

1762: Paz de Fontainebleau. Acuerdo ventajoso para España por el que recupera La Habana y que pone fin a la Guerra de los Siete Años.

1749: Nace en Edimburgo Daniel Rutheford, descubridor del nitrógeno.

1919: Patronal y sindicatos recurren al pistolerismo, enrareciendo el ambiente.

1954: Fallece Henri Matisse, pintor francés.

1957: Fallece Wilhelm Reich, psicoanalista y escritor austriaco.

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comentarios
1 danago, día

¿Puede alguien confirmarme que tras confesarse con el obispo de Pau murió musitando: Jesús mío, perdón, misericordia? Eso tengo leído.

2 Javier, día

No creo que digera eso el presidente Araña pues era un hombre demasiado inteligente y un buen hombre como pocos en la historia de España