El 5 de octubre de 1582 se implantó en España el calendario gregoriano, que sustituyó al juliano. Como consecuencia, los días comprendidos entre el 5 y el 14 de octubre de 1582, ¡nunca existieron! El calendario gregoriano fue obra del papa Gregorio XIII, que observó cierto desajuste en el calendario que se seguía hasta entonces que afectaba a la celebración de la Pascua. El emperador romano Julio César había constituido el calendario juliano para adaptarlo a las cuatro estaciones, y aunque preveía los años bisiestos lo hacía con excesiva rigidez, por lo que Gregorio se encontró, al cabo de quince siglos, con diez días descompensados. Los romanos añadían el bisiesto cada cuatro años pero no aplicaban ninguna compensación. En vez de habilitar el 29 de febrero repetían el día 23, al que llamaban «sexto calendas Martii», es decir, sexto día antes de las calendas de marzo. La repetición del día se conocía como «bis sextilis», lo que dio origen a la acepción «bisiesto».

Volviendo a Gregorio, lo que el Papa logró fue adaptar el nuevo calendario a los cálculos de la época, diseñando una fórmula que adaptara las estimaciones del astrónomo Luigi Lilio, el gran inspirador de la reforma. Lilio descompuso el año solar en 365 días, 5 horas, 48 minutos y 54 segundos, lo que al cabo de cuatro años daba prácticamente un nuevo día, en realidad 23 horas, 15 minutos y 46 segundos. Como el bisiesto aún debía 45 minutos, se estableció que cada 134 años habría que descontar un día, o, lo que es lo mismo, tres días cada 402 años. ¿Cómo llevar la cuenta de aquello? Pues con cierto ingenio matemático. Descontar tres días cada 400 años sería lo mismo que eliminar los bisiestos de los años que terminaran en doble cero, con la excepción de los múltiplos de 400. Hagan la prueba.

El calendario gregoriano tampoco es perfecto, arrastra un error de un día cada... 3.300 años, pero una mayor precisión implicaría aportar múltiples correcciones por la desaceleración del movimiento de traslación de la Tierra, que difícilmente compensaría el esfuerzo. La implantación de este calendario ha dejado algunas curiosidades históricas, como en el caso del fallecimiento de Santa Teresa de Jesús, velada el 4 de octubre de 1582 y enterrada al día siguiente, el 15 de octubre. Otro tanto pasa con la muerte de Cervantes y Shakespeare, supuestamente acaecida el 23 de abril de 1616. En realidad, Inglaterra no adoptó el calendario gregoriano hasta 1752, por lo que la fecha de la muerte de los dos grandes genios de la literatura europea sólo coincide nominalmente.

Otras efemérides de este día que deberías conocer

1511: Real cédula de Fernando el Católico por la que se crea la Audiencia de Santo Domingo, primera del Nuevo Mundo.

1713: Nace Denis Diderot, enciclopedista francés.

1762: Los ingleses toman Manila en la guerra del Pacífico contra España.

1827: Capitulación de los malcontents gracias a la acción del conde de España. El 7 de noviembre se fusilará a los cabecillas Rafi Vidal y Olivas.

1864: Nace Louis Lumiére, uno de los padres del cinematógrafo.