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Ya llega el fin de Alaska y Mario - Albúm de fotos (segunda parte)

Me apresuro a dejarte el resto de las fotos del viaje, estoy acaparando todo el espacio de este blog.

Y te recuerdo que ya salió el cd de “Alaska y Mario – las canciones”, que es el complemento musical al programa de televisión y a este álbum de fotos que hoy doy por terminado. Así que a ver si lees esto a tiempo y antes de regresar del despacho te pasas por la FNAC a comprar uno y así vemos como ha quedado.

 

Un detalle de la ruta en la carretera interestatal 15. Yo por mí hubiera seguido hasta Salt Lake City y más allá, hasta llegar a la Costa Este. Y luego hubiera dado la vuelta. El caso es no haber tenido que regresar. Una vez en Las Vegas corrimos a hacernos la acostumbrada foto ante el monumento de cartón piedra a los magos Siegfried & Roy, ídolos del buen gusto ya retirados. El Peppermill es nuestro restaurante favorito, con raciones elefantiásicas, abierto 24 horas y con un bar de cócteles con hogueras. ¿Qué mas se puede pedir?
Pues sí se puede pedir más, porque es la inspiración para la decoración de nuestra nueva casa : espejos, cromado, dorado, azul klein, azul turquesa, rosa, morado y negro... ¡qué ganas de que terminen las obras! Si tuviéramos una casa con jardín, el cementerio de neones del Museo del Neón hubiera sido otra inspiración decorativa. ¿Te imaginas tener todos los anuncios preciosos que van a parar al vertedero y poder pasear entre ellos? Una vez más nos acercamos al museo Liberace, aún sabiendo que está cerrado, y descubrimos con horror que hay un cartel de traspaso. Si fuéramos millonarios hubiéramos financiado a la fundación para que siguiera abierto.
Será la última vez que podemos hacer esta foto. Reconozco que tuve tentaciones de robar el letrero, era sólo cuestión de desatornillarlo. Lo complicado era traerlo para España, así que desistí. Las Nancys y Topacio nos decoraron la habitación para que tuviéramos por fin la sensación de estar viviendo una luna de miel (y no un viaje de fin de curso)... ...pero finalmente fueron incapaces de dejarnos en paz. Irrumpieron en la habitación y, ¡qué remedio!, seguimos de fiesta con ellos.
Con ellos y con los chicos del equipo de rodaje, con los que acabamos tirados del chill-out en el baño de la habitación. Y es que claro, a veces se nos olvida que ellos también están ahí. Camino de la reserva india y el Gran Cañón, la última oportunidad para comer algo es en The Last Stop, extraño enclave decorado con murales que retratan a extraterrestres del plaenta Ummo y estrellas del rock. La hamburguesa estaba buenísima y las patatas las mejores del viaje. Así que las patatas de Arizona ganaron a las de Nevada y California... !qué pena, me quedaban otros 47 estados para seguir con mi degustación!
Cuando llegamos al rancho de la reserva india de los Hualapai te negaste a comer el menú de la cena. A mí me encantó, era comida de colono, me sentí como en Acción de Gracias. El puré de patata, la mazorca y el pan de maíz, buenísimos. Cuando nos despertamos por la mañana descubrimos que estaba todo nevado... ¡la perfección, Estados Unidos, el desierto y la nieve! El rancho nevado y una cowgirl dispuesta a todo.
Camino del Gran Cañón la nieva comenzaba a derretirse, pero todavía quedaba un poco cuando me acerqué a fotografiar este teepee hualapai. ¡Por fin el Gran Cañón del Colorado! Me acordé mucho de mi profesor de Geografía Física de la Universidad, Antonio Fernández, que supo inculcarme la pasión por la geología. Tú no lo compartes ni lo comprendes, ya lo sé. Con el simpatiquísimo jefe indio hualapai, Don Juan, que nos sirvió de guía. En la reserva tienen todo muy bien estructurado y eso provocó cierto debate entre nosotros sobre la explotación turística del lugar.
De vuelta a Las Vegas, ludopatía y patriotismo, ¡qué país tan fantástico! Mi idea de la felicidad perfecta : tragaperras y cócteles gratis 24 horas. Reconozco que un par de veces me quedé dormida delante de las máquinas. A ti te da igual el juego y enseguida te aburres, pero te encanta la estética... ¡por favor señor Sheldon Adelson, háganos imagen de Eurovegas y déjenos vivir en un hotel-casino todo el año!
Israel llegó para reunirse con el grupo y dar una Sorpresa a Topi. Y después se unieron Silvia Superstar, Edu y Mila. Ya estamos todos. A la puerta del Circus Circus, un vestigio del tipo de ciudad, decoración y modo de vida que está desapareciendo, la tercera reencarnación de Las Vegas ya no nos interesa nada.
Charo Baeza, una de nuestra principales obsesiones, en una foto en la wedding chappel con el dueño, que nos casó en 1999. El año pasado los amigos quisieron contratarla como regalo sorpresa para nuestra boda española, pero no pudo ser. Charo es una asignatura pendiente... A punto de entrar en la capilla para iniciar el maratón de bodas. Tres nancys en la limusina regresando de la capilla.
Aprovechando los últimos momentos, nos fuimos al parque de atracciones que está dentro del Circus Circus y os empeñasteis en subir en la montaña rusa acuática... ¡Y por tontos acabasteis empapados! ¡¡¡VIVA LAS VEGAS!!!
En la furgoneta, camino del aeropuerto, ya de regreso, ¡qué cara de pena tengo! Marito, llévame a pasar una tarde al Casino de Madrid, que también es muy bonito y tengo mono del sonido de las tragaperras.

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Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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