Sé que con los preparativos para el concierto de Madrid no has tenido tiempo de estar al tanto de las noticias, así que quería comentarte algo que he leído aquí en Libertad Digital. Te comunico que esta semana ha salido a los quioscos el último número en papel de la revista SuperPop. Seguirán editando en Internet. Imagino que los niños de hoy en día no se toman la molestia de leer una revista si no lo pueden hacer en el ordenador, de la misma forma que no compran discos, ni libros, ni van al cine. Así que tampoco sabrán apreciar que una revista regale cromos, pegatinas, calendarios y demás memorabilia de sus ídolos.

Para mí es una mala noticia porque la desaparición del papel me pone muy nerviosa. Como arqueóloga e historiadora aficionada me temo que no va a quedar nada para los investigadores del futuro. El carácter efímero y nada fetiche de lo que se publica en Internet no llegará a generaciones futuras. Desde luego un diario digital como este en el que escribimos no se podrá comprar en eBay, como ahora hacemos con los ejemplares antiguos de El Caso.

Pero imagino que para ti la noticia tiene otro carácter. SuperPop fue importantísima en tu infancia para convertirte en lo que eres, un adorador de la cultura Pop. Mientras otros niños jugaban al fútbol, tú comprabas a escondidas ejemplares atrasados de la revista. Descubriste a estrellas de la música, de la tele... Cuéntame lo que piensas y refréscame la memoria sobre esa anécdota con el SuperPop que implicaba a tu abuelita Luisa.

En fin, siento ser portadora de malas noticias. Mientras el mundo cambia y se deshace de lastre material, nosotros estamos inmersos en la obra de remodelación de un piso para poder tener una biblioteca enorme donde guardar nuestros tesoros. A este paso te voy a tener que dar la razón de que esto del Siglo XXI es un auténtico rollo...