Esa fue la palabra más repetida el pasado fin de semana. Dijimos “sí” al juez en el Registro Civil, y repetimos “sí” en la ceremonia que finalmente se pudo celebrar bajo el cielo de Madrid y ante una puesta de sol espléndida.
Creo que también repetimos mucho “gracias”, por los regalos, por la compañía, por lo felices que somos.

Entre nosotros la palabra ganadora fue “nervios”, que hay que ver cómo nos pusimos, sobre todo tú.

Ya está. Ya estamos legalmente casados en España. ¿Cambia eso algo, te veo de forma diferente, me siento distinta? Pues no. De hecho me encanta que el mismo día de la boda haya tenido que salir corriendo para tocar con Fangoria en Aranjuez, un toque de realidad, una demostración de que nuestra vida no se va a transformar tras el enlace. Y es que no quiero que cambie nada, brindo porque nos quedemos como estamos, en todos los sentidos. Vivimos un momento muy perfecto.
Te dejo mi foto favorita del día de la boda civil, el beso a la salida del edificio. Y otra que he encontrado con los amigos. Y finalmente una del día de la ceremonia, cuando entrabas en el hotel, con tu traje de David Delfín.

Me encanta que nos hayamos ocultado los trajes, y me encantó descubrirte vestido de azul como en una boda de los años 50 en América.

Al fondo se ve a Mocito Feliz, que acudió a la puerta y nos hizo dos regalos muy monos, a ti un llavero de guitarra española y a mí un abanico con una foto de la Puerta de Alcalá. He guardado hasta el papel, donde me escribió una dedicatoria : “para la señora Alaska en el día de su boda, Dios la bendiga”. ¡¡Qué arte!!