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Próximo objetivo: vida campestre

Buenos días, mi amor. Aquí me tienes a mi fiel (y retrasada, como siempre) cita a nuestro blog.

Acaba de finalizar el periodo vacacional de la Semana Santa y he de decirte que ha sido perfecto. Nos fuimos a la nueva casa de Topacio e Isra en el campo, muy cerquita de Madrid, junto a las Nancys, Franco, Santi, Charito y César y lo pasamos realmente bien. Hicimos lo que se hace en vacaciones; es decir, hacer en cada momento lo que nos apetezca sin necesidad de horarios, llamadas, e-mails y demás rutina diaria. Comimos, bebimos, vimos un documental de la Bowie impresionante, volvimos a comer, dormir, reírnos, conversar sobre lo divino y lo humano además de, por tu parte, entre otras cosas, regar, encender fogatas (mi nuevo descubrimiento) y elaborar la ya clásica comida mexicana a base de guacamole y quesadillas regadas en mole. Lo que a priori parece algo muy normal he de decirte que cada vez me hace más feliz. Y es que, según pasa el tiempo, tengo más claro que nuestro futuro a medio-largo plazo está en el campo. Me encanta la luz, lo verde, el sonido de los pájaros (¿quién me lo iba a decir?), el no escuchar ruidos de coches… Vamos, que lo que te quiero decir y plantear es que nuestro próximo objetivo en común es comprarnos una casita campestre; qué esté cerquita de Madrid, que tenga suficiente superficie para que des rienda suelta a tu afición de jardinera, con plantaciones de árboles así como verduras y frutas, y a la vez que tenga un espacio para poder albergar a un burrito (¿cómo le llamaremos?)... Ah!! y una casa bastante grande para tener una gran cocina, un salón con gran televisión, habitaciones varias (ya sabes que tiendo a invitar mucho)… y poco más.

En estos días pasados ni me afeité ni me quité el chándal (qué cómodo) y en un momento dado te pregunté si me querías ver así para siempre; tú me dijiste que sí y como tus deseos son órdenes para mí te aviso que una vez cumplidos los cincuenta y cinco me voy a reinventar para convertirme en un señor de campo que es feliz junto a su mujer en su refugio campestre. Así que estás avisada.

De momento, seguimos con nuestro ritmo trepidante de trabajo (¿aprenderemos algún día a parar?). Sin ir más lejos hoy nos vamos a Barcelona donde tú ejerces de madrina de un evento relacionado con la dieta del chocolate y yo como Dj. Mañana volveremos para encerrarnos en la casa azul y reorganizar muchas cuestiones decorativas además de disfrutar de nuestra biblioteca. Y también seré muy feliz. Porque también me gusta mucho la ciudad, pero siempre a tu lado. De momento toca la vida cosmopolita y la rural ha de esperar a que seamos un poquito más mayores. La vida perfecta.

Por cierto, si escribo todo esto es porque me acabo de dar cuenta que últimamente elegimos paraísos campestres (por ejemplo, Chamorro’s house) cada vez que decidimos desconectar varios días del mundanal ruido. Por algo será….

imágenes de Rentalia.com

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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