El jet lag te permite surfear la red durante horas. Información útil e inútil, incluso desinformación. Ahora mismo estoy un poco saturada. Aún así, una de las noticias que he leído sigue captando mi atención entre tanta campaña viral.

En el último mes han asesinado en Irak a 14 adolescentes emo, con su ropa negra y sus peinados manga, y quién sabe si sus libros de vampiros solitarios bajo el brazo. En el mismo período han sido 58 los asesinados por ser homosexuales. Los ayatolás se encargan de encender la llama cuando aseguran que cualquier joven que se sale de los predicamentos del Corán es una plaga para la sociedad. Es más, que sus actos estás dirigidos por el mismísimo dedo de Satán. Y así surgen estas milicias que limpian la tierra en nombre de cualquier dios.

Imagino que muchos de los jovencísimos emos que pueblan las ciudades del planeta son incapaces de establecer un hilo conductor entre su imagen e influencias y las de sus antecesores. Alguno creerá que Emily the Strange es la primera niña gótica con la que sentirse identificado. Falso, el personaje de Winona Ryder en Bitelchús es la otra cara de Eduardo Manostijeras y de Jack, por el que preferimos Halloween a la Navidad. Por supuesto Tim Burton sí sabe de dónde viene toda su maravillosa imaginería, como también lo sabe otro artista adorado por los que tenemos el corazón oscuro, Mark Ryden.

Los artistas más polémicos de la última hornada saben hacer sus deberes cuando se trata de bibliografía. ¿O es que la calavera de Damien Hirst no es un memento mori tan canónico como los clásicos de eras anteriores? Su calavera tiene la misma función que las calacas del mexicano Posada, que utilizaba sus caricaturas de esqueletos danzantes para satirizar a los políticos entre los siglos XIX y XX. Seguramente el ilustrador era buen conocedor de las Danzas de la Muerte medievales.

Las inquietantes fotografías de Joel Peter Witkin no hacen más que reproducir el impacto que causó la costumbre victoriana de fotografía post-mortem, cadáveres cuidadosamente vestidos para el momento.

Los terribles Hermanos Chapman no han dudado en trasladar los grabados oscuros de Goya a la escultura. ¡Ah! Goya… el concepto moderno del horror empieza con él. Y con Mary Shelley y su Prometeo, hoy más conocido como el monstruo de Frankenstein. Claro que gran parte de esa influencia fue transmitida por las películas en blanco y negro de los estudios Universal, elevando a Frankenstein o Drácula a la categoría de anti-héroes. Y más cine, porque nada de esto se entendería sin el expresionismo alemán y su Gabinete del Doctor Caligari.

A todo esto hay que añadir ese sentido trágico de la vida tal y como fue concebido por lo románticos europeos, sentimiento heredado y alimentado desde el post punk de los años ochenta del pasado siglo, con los nuevos románticos por un lado y los góticos-siniestros por otro, bebiendo todos inconscientemente de las fuentes previas del existencialismo y el nihilismo.

Yo no sé si estos chiquillos asesinados eran emos, darkettos, rockeros, hijos del metal, aficionas al cos play… tampoco creo que sus asesinos sepan diferenciar entre tribus urbanas. Para ellos todos son unos mariconazos que deben desaparecer de la faz de la tierra.

Pues todo este largo preámbulo sobre Historia del Arte es para situarte, una vez más, en los ataques que sigue sufriendo la Fresh Gallery. Vandalismo kaleborrokista, amenazas… la última ha sido una nota manuscrita donde advierten a los dueños de la galería que las profecías indican que un terremoto destruirá muy pronto todo Madrid, y que ellos deben recordar cuando esto ocurra la culpa que tienen en este desafortunado suceso. ¡Ya ves! No era la profecía maya, al final es una simple exposición la que desencadena un fenómeno sísmico apocalíptico en el 2012.

Siento decirte que por muy contentos que estemos con la segunda temporada del reality, por muy bien que vaya la emisión, por muchas ganas e ideas que tengamos… ¡no habrá tercera temporada de Alaska y Mario! Es lo que tiene que se acabe el mundo, se te quedan los proyectos inconclusos…