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Mi México

Quería escribir todavía bajo la influencia (que no influenza) del momento mexicano. Pero nada más aterrizar nos recogió el coche para llevarnos a tocar al festival Electroperra de Alcorisa en Teruel y llevo desde el regreso del domingo perreando en el sofá. Bien está.

Sé que no soy justa. En México soporto impuntualidades descorteses, cambios inesperados, cancelaciones, explicaciones evasivas. No es justo que siendo tan implacable en el resto del mundo sea tan blanda a la hora de aceptar esos imprevistos. Pero no puedo evitarlo. Me encanta estar allí, me compensa. Comer mis chilaquiles (verdes mejor) en el desayuno, acompañados de molletes con frijoles y queso, bacon y mucha salsa picante. Y un zumo de toronja con naranja. Luego siempre caen una jícama con chile y limón, unos cacahuetes japoneses, papitas con salsa Valentina, unas cazuelitas de queso fundido con rajas, o quesadillas de flor de calabaza, agua de jamaica, clamato preparado y varias margaritas.

Además está la oferta comercial, tan colorida. Lo que más me gusta es viajar hacia México en sábado porque así podemos ir el domingo por la mañana a La Lagunilla, que sustituye nuestro habitual paseo por el Rastro madrileño. En este viaje no nos ha dado tiempo de visitar el mercado de Sonora, con sus toneladas de juguetes de plástico mezclados con embrujos para atraer la suerte. Pero no hemos faltado a nuestra cita con la iglesia de San Judas, patrón de causas difíciles, ni con el mercado de artesanías de la Ciudadela donde siempre acabamos comprando calaveritas y chucherías. Y esta vez hemos visitado la sucursal del recién inaugurado almacén de lujo estadounidense Saks, milagro empresarial encabezado por el señor Carlos Slim, que intenta que las divisas de mis paisanos más pudientes se queden en los centros comerciales del país. Hay que comprender que el pasatiempo nacional, para el que puede, es cruzar la frontera y arrasar con el contenido de los malls norteamericanos. Mi madre acaba de cruzar a Tejas, a ver con qué regresa. La de Nacho va mes sí y mes también a Miami. Esta búsqueda de la compra más allá de las fronteras sí que es una pandemia que se extiende.

Comprenderás que tras esta dieta explosiva ahora estoy exclusivamente a proteína, para compensar. Con la perspectiva del concierto del próximo sábado no puedo bajar la guardia. ¡Bah!, sólo es un kilo, ese kilo ingrato. Ingrata es también la situación de los locales para conciertos en Madrid. No puede ser que un grupo como nosotros no tenga ningún local de capacidad media, y el único que hay, más o menos, tiene un escenario demasiado pequeño para poder montar las escenografías. Así que los pocos grupos que quedamos como representantes de la clase media musical, ni pequeños ni hipersuperventaspopulares, nos vemos obligados a ocupar espacios enormes, que hay que acotar, acondicionar y pagar. Ya ves en México, la cantidad de locales que hay de distintas capacidades. Por no hablar de Londres, paraíso personal.

A ver si el tiempo acompaña y por fin podemos grabar el video la semana próxima, en la que además damos otro empujón a la promoción en las televisiones autonómicas, Canal Sur y Castilla-La Mancha. Después, un poco de vida familiar, que mi madre cumple ochenta lustrosos años a ritmo de salsa y merengue. Menos mal que a ti te gusta bailar con ella, ya tiene pareja de baile. Y haremos una maratón de bricolaje con tus padres el fin de semana, que tenemos libre. Es lo que más me gusta del mundo, ayudar a tu padre con la Black&Decker, tomar medidas, aceitar el suelo de la terraza, colgar cuadros... ¡viva un Leroy Merlín! Ves, ahí somos totalmente opuestos, no te puede interesar menos el mundo del destornillador de estrella o de la lijadora delta. Lo único que te preocupa es que tu padre y yo no manchemos más de lo necesario.

Bueno, ¿y qué me dices de la medalla que el 2 de mayo recibiré de manos de la Comunidad de Madrid? La noticia nos pilló por sorpresa en México. Lo que más ilusión me hace es que también condecoran a mi amigo del alma y de los viajes interiores sanadores, el excelentísimo señor Ion de la Riva y Guzmán, embajador de España en la India, embajador extraordinario para la zona asiática, fundador de la Casa de América en Madrid, de la Casa de España en La Habana y de Casa Asia en Barcelona, el mejor gestor cultural que conozco. Ya sabes cuánto lo quiero.

La sincronía me llevó la semana pasada a asistir como invitada al homenaje que la ciudad de México le dio a Chavela Vargas, donde le entregaron la medalla de la capital. Fue un placer escuchar en directo el anecdotario interminable de Carlos Monsivais, al que ya admiraba por sus ensayos sobre la edad de oro del cine mexicano. Vengo con un libro suyo bajo el brazo.

Hablando de libros, estoy escribiendo esto en la madrugada del lunes al martes, aunque lo enviaré por la mañana. Acabo de disfrutar de más de una hora de charla de Antonio Escotado en el programa televisivo de Sánchez Dragó. Ha publicado el primer volumen de una historia de la propiedad privada que tengo que comprar ya. Adoro a Antonio, más allá de lo divino y lo humano, pero sé que no me ciega la pasión al decir que sus argumentos siempre me resultan reveladores. Drogas, propiedad privada, liberalismo ilustrado, libre comercio, el origen de la comedia, Dionisos, Jung, los crímenes de lesa majestad, las matemáticas del caos... devoro su obra, en la que me encuentro cómoda y me reconozco. Creo que en lo único que nunca estaré de acuerdo con Antonio es en nuestros gustos musicales, somos mundos opuestos. Bueno, y en el sentido de la estética, la artificialidad del maquillaje por mi parte y ciertas dosis de erotismo colectivo por la suya.

Además de estas lecturas que avivan el alma, traigo otras que la distraen de la peor manera posible. Te dejo aquí las portadas de las revistas mexicanas que le he traído a Patricio, el productor de nuestros videos y de nuestras sesiones de fotos favoritas con Juan Gatti. Es el pago por la remesa de revistas que me acaba de traer de Argentina con la sin par Susana Jiménez (¡ídola!) en portada. También te dejo muestra.

Si consigo descargar las fotos que hemos hecho y enviarlas en condiciones, te colgaré en breve un albúm fotográfico de nuestra visita...

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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