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Los horrores monumentales o de cómo lo que es arte para ti es basura para mí

Llevo un par de horas riéndome con las ocurrencias de los lectores de Libertad Digital que han enviado sus fotos a la sección “Horrores monumentales”, o sea, sus candidatos para encontrar el monumento más feo de España.

Comparto la opinión de la mayoría, aunque me ha sorprendido encontrar ejemplos que realmente me gustan. Algunos son de autores anónimos, o al menos desconocidos para el ciudadano de a pie que se topa con el armatoste. Otros figuran en el currículum de escultores o arquitectos de renombre. Da igual, el caso en que resulta imposible llegar a un acuerdo para instalar un monumento que guste a todos. Uno en su casa hace lo que le da la gana, ya me imagino que la decoración ultra-barroca y colorista de nuestra casita común espantará a más de dos, pero a ti y a mí nos parece lo máximo. ¿Te imaginas que fuéramos los encargados de “decorar” una ciudad? Creo que íbamos a ser líderes de este top de espantos monumentales.

Dentro de un mes se celebrará una nueva edición de ARCO, y tú y yo volveremos a suspirar por obras que no podemos comprar y a torcer el gesto ante otras avaladas por crítica y público. Así es el arte, más el contemporáneo. No voy a ponerme a disertar sobre una cuestión tan teórica, metafísica y de imposible conclusión. En cambio me he entretenido en seleccionar algunos de los monumentos candidatos para que los veas.

Esta escultura colocada en Gijón parece un remedo amorfo de la araña de Louis Bourgeois que se encuentra a un lado del Museo Guggenheim de Bilbao. Sabes que la araña es una de mis esculturas favoritas, y descubro que también se encuentra entre las más votadas de nuestros lectores. Ves, no nos ponemos de acuerdo...




¿Te acuerdas de esas esculturas que recuerdan a los ositos de gominola? Otras de mis favoritas absolutas. Llevo siguiendo la obra de su autor, Eladio de la Mora, desde que los descubrí. Y me topo con dos monumentos que han salido de su taller. Uno, el mencionado osito tal y como está plantado en Boadilla del Monte. Otra, su recreación del monstruo del Lago Ness, o sea, Nessy, en una fuente de Leganés (Lega-nés, Lago Ness, esa es la idea). Te dejo también la foto de cuando los ositos aparecían vigilantes en el recinto ferial de IFEMA.

Otro lector manda una escultura de Stuttgart, para que los españoles no nos sintamos tan solos en esta búsqueda feísta. Desde luego la escultura recuerda esas obras de Alexander Calder, sus móviles maravillosos. No he podido comprobar si este ejemplo alemán es de este autor o una copia barata.


¡Mira lo que he encontrado! La cabeza de dama ibérica que destaca en medio de una fuente y que se ve desde la habitación del Hilton de Valencia cuando nos alojamos allí. Qué quieres que te diga, a mí me parece monísima. Es de Manolo Valdés, que ni me va ni me viene, pero esta me gusta. A su vez es como una escultura de Modigliani, que a su vez parte de la pureza de líneas de los ídolos cicládicos de la historia lejana de Grecia.


He dejado para el final mi pieza ganadora, la que más me gusta, la que nunca incluiría en esta lista nefasta. ¡Mazinger Z en Tarragona! Cuenta el lector que ha enviado la fotografía que se halla plantada ante la entrada de una urbanización desierta. Se estará deteriorando, lástima. Si a los ciudadanos no les gusta convivir con ella, me ofrezco a darle cobijo. Eso sí, necesitaríamos un terrenito en el campo… a lo mejor tener que buscar donde colocar esta obra de arte sería lo único que nos obligaría a dejar el centro de Madrid…


Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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