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Londres sin tí

De nuevo en casa… tú feliz. Yo, como siempre, te digo que no hubiera tenido ningún problema en quedarme en Londres. Que no es una queja, ya lo sabes, pero…

Con tus idas y venidas te perdiste cosas que te hubieran gustado. También es cierto que aprovechamos para hacer otras que contigo no son posibles. Tu paciencia dentro de un museo dura tanto como la mía en una fiesta. En eso somos incompatibles, ¿o debería decir complementarios? Esos son los misterios del lenguaje. Imagino que cuando las cosas van bien, uno habla de seres complementarios, y cuando van mal se acude a las incompatibilidades. Me alegra confirmar, tras la entrega de regalos de nuestro aniversario de boda número 13, que seguimos hablando de complementos directos, indirectos y circunstanciales.

Ahora que hemos terminado de grabar el disco de Fangoria toca preparar la temporada que viene, los conciertos, la escenografía. Todavía no me has pasado el plan de promoción y veo mi agenda de enero sin anotaciones. Ya sabes que eso me pone muy nerviosa, pásame un calendario para apuntar todo. Y aunque el disco todavía no ha salido, nos lo hemos pasado tan bien con las nuevas colaboraciones que ya estamos pensando en la grabación del siguiente. Así que tendremos que aparcar esos pensamientos hasta dentro de un par de años. En cuanto empecemos con los conciertos se nos olvida. Es un ejercicio necesario para nuestra salud mental, pero estamos acostumbrados.

Te perdiste la visita sorpresa de Marc Almond al estudio. Convaleciente y muy simpático, una estrella. Pero esto de las redes sociales desata alarmas donde no hay fuego. Marc subió la foto del encuentro a su Twitter o a su Facebook y sus seguidores españoles creyeron que estábamos grabando juntos. Lástima, pero no.

Entre las exposiciones que más nos gustaron, una en la Wellcome Collection sobre la muerte, un ejercicio antropológico muy interesante. Y la de los Prerafaelitas de la Tate, donde aproveché para comprar catálogos para mí y para Nancy O. También estuvimos varias veces en el British Museum, dando vueltas por la colección permanente (siempre entro a rendir honores a la leona herida de los paneles asirios) y visitando una muestra sobre Londres en la época de Shakespeare. Atraqué la tienda, varios kilos de libros. Tenían una edición preciosa de Cumbres Borrascosas y no pude evitar comprarla, aunque la tenga repetida varias veces. También aprovechamos tus ausencias para comer en el restaurante de los Hare Krishna, donde es imposible hacerte entrar. Tú te lo pierdes, es comida sagrada y riquísima. Anoche encargué comida hindú para cenar y la tuve que tirar. Las comparaciones son odiosas. Es como cuando regreso de México y pido comida mexicana con la ansiedad de seguir comiéndola y también la tengo que tirar.

En cambio te habría encantado el restaurante donde nos invitaron a cenar Stephan y David. Inglés de toda la vida, un antiguo club privado para caballeros jugadores de ajedrez. Menú corto, pero toda una declaración de principios : crema de langosta, ostras, roast beef Wellington y postres típicos ingleses. Los chicos me regalaron una joya para mi desván : la edición mexicana de la revista OK! con la boda de Guillermo y Kate en 3-D. También te perdiste el encendido de las luces navideñas de Regent Street. Mira que preciosidad el edificio de Cartier adornado para las fiestas.

Cambios de última hora hicieron que no pudieras estar en el concierto de Los Gemelos Infernales, Marilyn Manson y Rob Zombie. Te lo perdiste por grabar el especial de fin de año del programa Luar de la Televisión Gallega, un clásico en el que siempre nos encanta estar a Fangoria. Muy gustosamente os dimos el relevo a las Nancys en esta ocasión. Valentín aprovechó tu entrada y se transformó en Hijo del Metal por una noche. Yo me puse la camiseta de Rob Zombie que compré en Los Ángeles y también arramplé con todo lo que había en el puesto de merchandising. Como ya te he contado hasta el aburrimiento que la Manson sigue sin ser lo que era y que Rob Zombie es lo más del universo, no te lo repito más.

Bueno, aquí estoy, esperando a que regreses de tu colaboración semanal en El Programa de Ana Rosa para que me desveles los misterios de la celebración de nuestro aniversario, aplazado una semana por motivos de agenda. Y van 13. Buen número.

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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