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Graceland

He tardado mucho en contestarte ya que la selección de fotos de nuestro episodio en Graceland ha sido ardua tarea.

Una vez vivida la experiencia de “viaje al pasado más reciente” que supone el ver todas las imágenes, he de decirte que tu sorpresa final para la celebración de nuestro onceavo aniversario ha sido lo más fuerte que he experimentado en mucho tiempo.

Recordarás que nada más aterrizar en Memphis, precedentes de Miami, no dabas crédito que aún yo no hubiera acertado donde nos encontrábamos, y es que la geografía mundial no es lo mío.

Para mí Graceland es un país en sí mismo. Jamás me preocupo por saber donde está ubicado geográficamente hablando ya que lo que más me interesa es la mansión de Elvis y todo lo que se genera alrededor de este-nuestro Dios, que es mucho.

Para empezar, reservaste la suite principal del Heartbreake Hotel, el complejo hotelero oficial regentado por los herederos del rey, es decir Priscila y Lisa  Marie,  que es tan curioso que es no nos importó que la higiene en las habitaciones brillase por su ausencia.

Desde el primer día (estuvimos cuatro) tuve la sensación de estar viviendo en la casa de Elvis ya que esta habitación es una réplica
exacta de lo que fue la residencia familiar del ídolo. El salón, la sala de televisión, la cocina, la jungle room (que ocupó Nancy Travesti que nos acompañó en función de dama de honor) son idénticos a la original. Te dejo fotos de todo para que compares.

Tras asentarnos y dejar el equipaje nos dispusimos a hacer un poco de turismo por la ciudad de Memphis descubriendo, ipso facto, que poco hay que hacer por allí: una única calle principal con bares y restaurantes con música en directo (blues y rock) así como tiendas
en las que la imagen de Elvis es el mayor reclamo.

Coincido contigo en que la vida en la América profunda es muy dura, no solo por el calor húmedo y sofocante y sus largas distancias sino
porque allí la vida de barrio, de ciudad de paseo, no existe. No hay nada que hacer salvo ir a trabajar, volver a tu casa y esperar al fin de
semana para pasarlo metido en un hall en el que tienes todo en cuanto a ocio se refiere; a su vez la comida sana es un tanto difícil de
encontrar.

Todo se basa en comida basura (deliciosa, por cierto) que ingerida diariamente se traduce en un colesterol más que preocupante y
una gordura que no la querría para mi.

El público de nuestro hotel era muy curioso: nadie bajaba de los cincuenta años. Ya fueran matrimonios, parejas de amigos
(sobre todo de mujeres) o solitarios la gente joven apenas habitaba por allí. Salvo un par de matrimonios con hijos y una parejita de rockabillys, el resto eran sexagenarios fan-fatales de Elvis que como cual peregrinación visitan de forma devota el universo de él.

Y no solo eso sino que se dejan captar por lo que hemos definido “La secta Elvis” y es que está por todos lados: en la pantalla gigante
del bar, en los pasillos y en la entrada al hotel único lugar en el que se permite fumar. He de reconocer que nosotros fuimos captados, o mejor dicho nos dejamos captar, y que nos convertimos en miembros honoríficos una vez que compramos el pase vip para pasar un día en ese parque temático que se hace llamar: Graceland.

Por 70 $ teníamos acceso ilimitado a entrar en la casa-casa (lo hicimos tres veces), hacer fotos, pasear por los jardines o visitar el mueso con todos sus coches. Y en medio de toda esa maravilla más de diez tiendas con memorabilia de Elvis distinta en cada una de ellas; es decir; que se aseguran que consumas y compres todo y más.

Nosotros, fieles a nuestro atroz consumismo, volvimos con más de 10 bolsas repletas de fotos, cuadernos, cucharas, libros, camisetas y regalos para los amigos.

Estuvimos más de siete horas disfrutando por poder entrar en el interior del avión LISA MARIE , alucinando al ver de cerca los más de cien monos con pedrería pertenecientes a la última etapa del cantante(Nancy Travesti y yo no parábamos de fantasear en copiarlos para el nuevo disco de Nancys), comer en un dinner, tomar cervezas (¡¡tengo que parar ya!!!) y reírnos hasta la saciedad de algunos de los allí presentes para disgusto y enfado tuyo….

En fin, que te voy a contar.

Reconozco que para mi eso fue más que suficiente, pero tú tenías tu cita pendiente en los estudios SUN done te saqué varias fotos que aquí te dejo. Allí aproveché para comprar a Leonor un recopilatorio con toda la discografía de otro grande : Johnny Cash. Una obsesión que compartes con ella 100%. Allí me acordé mucho de Angelito. El hubiera disfrutado más que yo.

El regreso a Madrid, una vez más, fue caótico, pero lo malo se olvida pronto. Y lo bueno queda para siempre ya sea en nuestra memoria o en las fotografías.

Una vez más mil gracias por tu regalo, pero como siempre tengo que quedar encima, como el aceite, te comento que en mi próxima entrada te dejaré las fotos que nos han mandado los managers de Kiss junto a ellos así como las polaroids que nos hicimos en ese gran concierto que ofrecieron los reyes del espectáculo.

Nosotros, mientras tanto y a nuestro nivel, hacemos nuestro show particular en el centro de Londres en estos días acompañados de Nacho y V.

Se pude resumir en: Trabajo (el nuevo disco de Fangoria está quedando perfecto) risas, compras y más cervezas…

Por cierto, me tienes que explicar por que no te gustó nada el concierto de Blondie al que acudimos el miércoles.

A mi me encantó: VIVA DEBBY HARRY.

Besos.

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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