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El final del verano

Hola bombón; ¿cómo va todo?
Acabo de regresar del gimnasio después de haberme hecho los análisis
de sangre rutinarios a los que todos los meses de agosto de cada año
me someto para saber que todo está en su sitio.

Estos controles médicos marcan lo que yo llamo “el final del verano”.
Aunque en el calendario oficial el estío concluye el 21 de septiembre,
para mí la segunda quincena del mes que nos ocupa es sinónimo del
final de las vacaciones. Estos días suponen el inicio del curso
laboral, el retomar asuntos pendientes, el reanudar reuniones con
clientes para planificar lo que queda del año y parte del próximo.

No voy a decir que padezco lo que los medios de comunicación y
psicólogos llaman “depresión post vacacional” porque sería mentirte.
Sabes que me encanta el trabajo y que, concretamente, en este año mis
vacaciones han sido estupendas.

Además de todo lo contado aquí nuestro período de “no- hacer-nada-y-no-
coger-los-teléfonos-y-no-mirar-e-mails” se amplió con varios días en
casa colgando cuadros (preciosos son los nuevos 10 Mandamientos
Chochonis que nos ha hecho Fabio), planificando nuevas mudanzas y
varios baños en el jacuzzi para concluir en una visita a Ávila a la
casa-palacio de los Cáceres-Miranda donde disfrutamos de lo lindo
acompañados por Juanillo, Roni y Miguelito.

Ya sabes que me encanta visitar, al menos una vez al año, la casita de
campo de Manolo y José. Sabrás que me apasiona porque no es una casa
de campo al uso a pesar de estar muy alejada de la ciudad y tener
hectáreas y hectáreas de verde, pero es que el interior y la
decoración es de lo más urbano y cosmopolita: millones de libros de
arte, acceso a Internet, agua caliente, gran jardín, estudio para
pintar….En fin, qué te voy a contar.

Durante los cuatro días que estuvimos hicimos de todo: comer sin parar
(he regresado con cuatro kilos de más, amiga….) o charlar acerca de
todo tipo de cuestiones desde las mujeres de Jericó hasta debatir si
Michael Jackson merece el título de “El rey del Pop”. También hubo
tiempo para improvisar sesiones de Dj junto al guapísimo y super-
culturista Roni, al que auguro un buen futuro en la materia. De las
actividades más divertidas fue el volver a morirnos de miedo y risa
con película “REC”; nadie, salvo tú y yo, la había visto antes y les
gustó. Es una muy buena película aunque con ellos (tan lamberos) el
género trasmutaba del terror al humor más absurdo con sustos incluidos
en los días posteriores.

Hasta hubo tiempo de observar obras de arte del tándem Cáceres-Miranda
que tanto están triunfando en Cartagena de Indias (Colombia), algo que
no me extraña ya que son cuadros impresionantes. Y sumergirnos en el
inmenso pilón con un agua helad- helada que para tonificar la piel
está muy bien. Y qué decirte de la cena en el restaurante “la venta de
la tortilla”. Te dejo fotos de todos esos días.

La vuelta a Madrid vino acompaña por la visita sorpresa de Nancy
Travesti que se quedará en casa hasta final de mes. Nancy Travesti,
tan buena amiga como siempre, me acompañó hace un par días a hacerme
dos tatuaje nuevos: una muñequera de calavera y rosas y una corona de
espinas que he decidido estampar en mi pectoral izquierdo. No es la
primera vez que me hago tatuajes así como no es la primera vez que
nunca les digo a mis padres que me los voy a hacer. Pero ésta  sí ha
sido la primera vez que me he sentido mal por no decírselo; me he
sentido un poco mentirosillo (que en el fondo lo soy) y culpable al
estar ocultando algo a ellos; ¿Será que me estoy haciendo
responsable?. No sé, tampoco me preocupa mucho porque dentro de un par
de días tengo comida con ellos y se los mostraré.

La escena ya la has vivido en primera persona en más de una ocasión:
gran disgusto inicial que pasa a la aceptación y hasta la declaración
final, por parte de mi madre, con un “en el fondo no son tan feos esos
dibujos”.

Dibujos que luciré en público en Bilbao donde actuamos junto a
Fangoria en las fiestas de Semana Grande. Lo vamos a pasar bomba, como
siempre que vamos juntos. Nuestros road-managers Cancho y Manolo han
reservado mesa gigantesca en un restaurante muy bueno y es que vienen
muchos amigos, como Mari y otros muchos más.

Por cierto, no quiero olvidarme de decirte algo en relación a tu super-
teoría “sobre los años que marcan hitos que permiten medir ciertos
cambios” tal y como tú denominaste en tu último blog.

Jamás estuve preocupado por los cambios que podrían producirse en
nuestra relación; me preocupación residía en mi opinión acerca del
futuro a corto plazo de Fangoria. El no saber si mi idea acerca de lo
que vías a hacer en los próximos tres años coincidiría o no con la
vuestra. Estaba tan nervioso que es que os invité a almorzar al
restaurante “La Rotonda” de hotel Palace para comentaros mi plan. Como
siempre, la comida estuvo divertida, comentamos de todo menos del
asunto que teníamos que hablar, algo que terminamos haciendo al
devorar el primer plato. Y lo mejor fue que coincidimos en todo, salvo
alguna que otra cosilla, pero que no interfiere en el pan global.

Estoy muy contento con la decisión ya que creo que es lo mejor que
podemos hacer además nos vamos a divertir mucho.
Al salir de la comida-reunión tuve ese  momento de “reafirmación” que
me permite decir que solo quiero trabajar con vosotros. Como solo
quiero trabajar con Leonor Walting y con Dover porque en el fondo solo
trabajo con aquellos con los que hablo el mismo idioma. Es un lujo. La
gente que no me interesa no la quiero cerca de mi vida. Fuera.
Otro lujo es tener amigos como David Delfín y Gorka Postigo. Cenamos
con ellos la pasada semana en un chino del bario de Salamanca más que
recomendable; pero lo mejor fue estar con ellos y Pedro Almodóvar que
se unió a una velada fantástica. Eso es lo que más me gusta.

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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