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Jóvenes de España, largaos

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Desde que Manuel, de Valencia, saltara por el balcón de su casa a finales de octubre, son seis los suicidios que se han contabilizado hasta la fecha con un origen común: la ruina económica. También comparten otra circunstancia: la franja de edad.

La vizcaína Amaya y el valenciano Manuel contaban con 53 años, los mismos que José Miguel de Granada. Un año menos, 52, había cumplido la malagueña Victoria, mientras que su paisano de Ardales tenía 47. Por último, el navarro de Santesteban contaba 59 años.

No soy sociólogo, pero tampoco creo en las casualidades. A partir de los cuarenta y tantos las posibilidades de enderezar la vida, una vez arruinada, disminuyen considerablemente. Normalmente no hay una segunda oportunidad. El paro ya no es de larga duración, sino perpetuo. Las fuerzas y las buenas ideas para poner en marcha un negocio se evaporan.

La reforma laboral y el debate público se centran una y otra vez en los jóvenes. Da la impresión de que ser joven es poco más o menos equivalente a padecer una tara, cuando es justamente lo contrario. Al joven se le presume fuerza, arrestos, osadía, creatividad, sacrificio, ganas, garra, empuje, etc., en todas partes… menos aquí.

Aquí sucede más bien al contrario: es el padre cincuentón (incluso el abuelo octogenario) el que da cobijo al joven, al que le cede su casa, al que sigue dando una paga para que salga por ahí los fines de semana, al que presta el coche con el que pasear con la novia.

Ser joven no es una tara sino una oportunidad. Y si la oportunidad no está en España, váyanse, por favor. Vuelen a Europa –donde no hay trabas para entrar, somos –todavía- de la Unión Europea-, prueben acaso en Iberoamérica –tierra de oportunidades-, conquisten China –es ahí donde ahora se juegan los cuartos-, seduzcan a los sultanes de la península arábiga, innoven en África –donde queda tanto por hacer-. Y no se olviden de sus padres. Ahorren y envíen divisas. Hubo un tiempo no tan lejano en que las cosas fueron así y, por ser así, después fueron de otra manera.

Aquí siempre habrá huecos, pero no los suficientes. Un ejército no puede estar formado sólo por oficiales, hace falta tropa. Y el joven español de hoy ni se ha educado para ser tropa ni quiere serlo. Lárguense fuera a dirigir otros soldados, envíen sus ahorros, y cómprense una casa para pasar el mes de agosto. Todo, menos quedarse en casa viendo la tele mientras los padres, cuasiarruinados, se desloman hasta el día en que la única ventana de oportunidad es la del cuarto piso.

Y los que tenemos hijos en edad de criar, aprendamos de los errores de la generación anterior.

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comentarios
1 Enrique, día

Y una mierda. No nos largamos, nos expatrían. Quedémonos mejor aquí y echemos a todos los parásitos que han destrozado el país.

2 Pedro Orejas Corral, día

Mexico es un gran pais en el que fuimos recibidos muchos españoles refugiados de la guerra y otros que vinimos por nuestra cuenta. Los mas empezamos a trabajar por el salario minimo y poco a poco fuimos saliendo del pozo. Con menos prerparacion que los que pueden venir ahora. Aqui los esperamos. Los mexicanos quiza sean mejores que nosotros. Viva Mexico.

3 hector, día

Soy setenton y tengo hijos trabajando y con formacion profesional.Suscribo plenamente lo dicho en este articulo y agrego.España está fundida moralmente igual que Argentina y me canso de decirles a mis hijos que se manden a mudar como hice Yo en su momento. Y a los que no tienen trabajo pero son jovenes a que esperan , o será mejor vivir del cuento y a costillas de sus mayores , a que le tienen miedo con sus 20 , 30 , o 40 años.o son unos mariconcitos o son muy listos y esperan que el papá estado se lo dé todo. En fin............

4 Anamarpa, día

Lo has calcado, España no tiene solución, demasiados parásitos a los que mantener, y por que narices los voy a mantener, yo me largo, tengo un plan, dos hijos y una empresa que funcionaba hasta el puente de la constitución. Sabía gracias a la lectura de libros como hombre rico y hombre pobre, que hay que trabajar duro, durisimo, y gracias a "la ley" de Bastiat que el estado es de lo más chorizo que hay, sólo miran su bolsillo, robando al pobre ciudadano, si pobre porque cada día lo somos más, por eso me voy como Depardieu de París. Sorayita y Rajoyo, vosotros robad y robad que os vais a quedar más solos que la una, tramposos. Tiempo al tiempo todo llega. Marchaos jóvenes y no tan jóvenes, a buscar fortuna fuera, porque aquí, se la reparten entre sindicatos, políticos y demás chupones. Gracias por el artículo, se lo he enviado a mi sobrino.

5 Carlos de Oleza, día

¡Lo que faltaba! Si tras la invasión que sufrimos de musulmanes, a nuestros jóvenes se les sugiere o aconseja abandonar su tierra, a los seguidores de Mahoma se les pondrá demasiado fácil su hegemonía en Europa. Yo aconsejaría a la juventud que emprenda, que innove, que arriesgue, que tenga iniciativas y constancia para llevar a cabo, sus proyectos, única manera de prosperar.

6 Raul, día

Pero, por favor, al contrario de lo que dice el Sr. Ruiz, ¡QUÉ NADIE MANDE DIVISAS! ¡No mantengamos desde fuera a tiranos, ni a rajaos ni a sorayas ni a rubalcabas!

7 Fernando, día

Gran artículo. Triste recuento de nuestra sociedad, esa que hemos tenido la oportunidad única en la historia de diseñar y financiar con crédito barato. Ahora despertarnos en medio de el mal sueño que es la realidad y encontramos que hay tanta o más corrupción que en tiempos que aborrecíamos, que hemos canjeado la influencia de nuestros votos por servicios, trabajos, y administraciones, lujos impagables e innecesarios. Y ahora llega la factura. Ah, y nos ha pillado con esos a quienes les hemos vendido los votos en las administraciones cuando raramente son los mejor preparados. En vez de unidos en la persecución de una vida mejor y una sociedad más justa estamos divididos por intereses, pero no el tuyo o el mío, el de chantajistas megalómanos patrioteros de todo color y bandera por diseñar. Espero que algo de razón llevaran los Mayas y hoy sea el fin de todo eso y el comienzo de algo mejor. Pero eso, como todo, cuesta esfuerzo. Ánimo. Feliz Navidad y un magnifico 2013, comienzo del cambio. Esperanza y ganas no faltan. Quizá algo de self believe y determinación.

8 josep, día

Me he jubilado este mes, despues de 51 años trabajando y cotizando. La etapa que comienzo debería ser de "jubilo", es decir, de alegría por poder disfrutar de un merecido descanso. Pues no, tengo dos hijos, uno en paro y el otro trabajando intermitentemente en trabajillos que no le dan para subsistir. Que país este, nada que ver con lo que deseamos dejarles a los jovenes. Demasiados politicuchos que solo miran por sus intereses, sobran por doquier; senado, diputaciones, mancomunidades, concejales...todos chupando del bote. En fin, jovenes haced las maletas y largaros, aqui ya esta todo visto. Feliz 2013.